Mientras se anunciaba el fichaje de Lewis Hamilton por Ferrari de cara a la temporada 2024, Carlos Sainz, el hombre al que iba a sustituir, se pasaba cada carrera ganada o cada podio preguntándose si sería el último en su carrea deportiva.
Sin un asiento de primer nivel en la máxima categoría disponible, ya que Red Bull y Mercedes decidieron no contratar al español por unas razones u otras, Sainz encontró refugio en Williams. Un desafiante proyecto de restauración que aceptó, pero también una apuesta sin garantías de éxito.
Aunque Williams todavía tiene un largo camino que recorrer para convertirse en un equipo puntero, la temporada 2025 ha demostrado un progreso, con un coche mejorado que ha permitido a Sainz y a su compañero Alex Albon llevar a la escudería de Grove hasta el quinto puesto de la clasificación.

Pero hasta ahora ha sido principalmente Albon el que se ha llevado los aplausos, con Sainz normalmente a su sombra. Al principio, al español le costó más de lo previsto adaptarse a su nuevo coche, y también sufrió la peor parte de los problemas de fiabilidad y los errores operativos, a los que añadió algunos errores propios. Por ello, Albon llegó a Bakú con 70 puntos, frente a los 16 de Sainz.
El rendimiento de Sainz no fue tan malo como sugiere ese marcador, y poco a poco se ha ido acercando a Albon en ritmo, pero la frustración por la falta de suerte era evidente.
Carlos Sainz culminó una emotiva despedida de Ferrari con un podio en Abu Dhabi, preguntándose si sería el último en la F1.
Foto de: Ferrari
Cuando se le preguntó después de su podio de 2024 en Abu Dhabi, en una despedida de Ferrari cargada de emoción, si podría volver al podio pronto con su nuevo equipo, respondió: “Es una pregunta que no puedo responder. Es imposible predecir el futuro, imposible saber cuánto tardaremos Williams y yo juntos en volver a luchar por las posiciones de podio”.
“Lo que sí puedo decirte es que estoy tan decidido como siempre a ayudar a ese equipo a estar de nuevo donde le corresponde. Personalmente, siento que debo luchar por victorias, podios y estar entre los cinco primeros en la Fórmula 1. Creo que lo he demostrado estos últimos años. Creo que lo he demostrado estos últimos cuatro años como piloto”, dijo entonces.
Sainz no tendrá que preguntárselo por más tiempo, ya que esa pregunta quedó rotundamente respondida el domingo en las calles de Bakú con una conducción impecable desde la segunda posición de la parrilla, sentando las bases con una vuelta de clasificación sobresaliente en unas condiciones complicadas y racheadas en las que pilotos con mejor coche tropezaron.
Los turbulentos 18 meses que Sainz ha experimentado explican en gran medida por qué su primer podio con Williams se sintió aún mejor que el primer podio de su carrera deportiva, el que logró siendo piloto de McLaren en el Gran Premio de Brasil 2019.
“Este significa aún más porque hace un año aposté por Williams y dije que me iba a este equipo porque realmente creo en este proyecto y realmente creo que este equipo está en alza”, dijo después de empaparse de champán en el podio de Bakú.
“Me siento muy cómodo en este entorno de trabajo, también muy cómodo con todos los que me rodean. Y la verdad es que he sido bastante rápido todo el año con el coche. Creo que de todos los que han cambiado de equipo, que no es fácil a día de hoy, he sido el más competitivo desde la primera carrera, muy rápido, pero no me acompañaban los resultados”.
Pocos habrían esperado que Sainz subiera por primera vez al podio con Williams antes que su sustituto en Ferrari, Hamilton, pero eso es exactamente lo que ha ocurrido. Pero si un fugaz pensamiento de venganza se le ha pasado por la cabeza, Sainz tiene demasiada clase para hacerlo público.
“Lo que hagan los demás no es asunto mío, la verdad”, respondió cuando se le planteó la anécdota. “Lo que me importa es que la primera oportunidad que tuve de hacer un podio con Williams, y la primera oportunidad que tuvo Williams de hacer un podio, la aprovechamos, lo conseguimos y ahí está”.
Foto de: Andy Hone/ LAT Images vía Getty Images
A pesar de beneficiarse de una parrilla de salida con muchos pilotos fuera de posición, Sainz logró un buen podio, con un Williams realmente rápido en las rectas de Bakú, pero el español no se hace ilusiones de que repetir la hazaña vaya a ser algo fácil este año.
“Creo que este podio es, a no ser que ocurra alguna locura, nuestra mejor oportunidad”, dijo. “Quizá en Las Vegas sea nuestro próximo circuito para intentar estar entre los cinco primeros o los seis primeros, que es lo que a veces podemos conseguir cuando todo va bien. Lucharé por ello, como se ha visto hoy”.
“Pero el resto, por ejemplo en Qatar, no creo que sumemos puntos. Nuestro nuestro rendimiento oscila mucho como ya hemos podido ver. Pero tendremos Austin o México, ahí seremos un coche de la zona media con el que quizá podamos entrar en los puntos y mantener nuestro campeonato”.
Pero mientras Williams se centra firmemente en 2026 y más allá, y todo lo que sucede ahora es sólo un extra, no se puede subestimar la inyección moral que supone el primer podio de Sainz con Williams. Si el equipo se sale con la suya, es un primer y tentador atisbo de lo que podría deparar el futuro y una prueba más de que los nueve veces campeones del mundo cuentan con los pilotos adecuados para guiarles hacia una nueva era. Mientras Albon sufría un fin de semana de rara conmoción, se unió al equipo en las celebraciones de Sainz debajo del podio.
Para el propio Carlos Sainz, fue una sabrosa recompensa después de uno de los periodos de su carrera en los que más ha forjado su carácter.
“Creo que la vida me ha enseñado muchas veces que a veces pasa esto; que tienes una racha de mala suerte o de malas actuaciones, pero si sigues trabajando duro de repente la vida te devuelve algo realmente dulce como esto”, concluyó el madrileño.


