Durante los últimos veinte años, el contenido sexual en el cine ha disminuido de manera notable, registrándose una baja cercana al 40% desde el inicio del siglo XXI. Esta tendencia no solamente se refleja en el menor número de escenas de este tipo, sino también en un aumento de películas que optan por evitar completamente las representaciones de sexualidad.
Stephen Follows, un analista de datos cinematográficos, realizó un análisis para The Economist sobre el contenido sexual en las 250 películas con mayor recaudación anual desde 2000. Usando una amplia variedad de fuentes, desarrolló sus propios indicadores de contenido sexual en cada película. Los resultados muestran que, a diferencia del contenido sexual, aspectos como el uso de drogas, la violencia y el lenguaje soez mantienen altos niveles o incluso han aumentado en algunos periodos.
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Varios factores contribuyen a esta tendencia. El cambio en el gusto de las audiencias, particularmente de personas más jóvenes como los pertenecientes a la Generación Z, quienes prefieren representaciones menos explícitas de sexualidad o directamente evitan los temas sexuales, es uno de estos factores. El cambio en normas culturales, impulsado por movimientos sociales y debates sobre consentimiento y representación de géneros, ha provocado una aproximación más mesurada hacia las escenas de sexo.
El mercado global también juega un rol importante. Las películas que buscan éxito en taquillas internacionales priorizan contenidos que puedan ser aceptados en diversas culturas, eludiendo escenas de sexo explícito para evitar clasificaciones restrictivas o censura. Con el auge de servicios de streaming, que ofrecen contenidos personalizados, se percibe una menor demanda de contenido sexual en producciones de gran estreno, dejando este tipo de material para producciones de nicho en plataformas digitales.
La tendencia también refleja un rechazo a estereotipos pasados que objetivaban en las escenas de sexo, buscando una representación que se sienta más respetuosa. La disponibilidad de contenido para adultos en internet ha disminuido la necesidad de incluir escenas sexuales en el cine convencional para atraer a la audiencia. El rol emergente del Coordinador de Intimidad sugiere una tendencia hacia la inclusión de escenas de sexo únicamente cuando aportan significativamente a la narrativa.
El estudio concentrado en los filmes más taquilleros de acción en vivo excluyó aquellos cuya representación de sexualidad se limitaba a violencia sexual, marcando una clara distinción en el propósito del contenido sexual en el cine.
Este conjunto de factores muestra un cambio profundo en la presentación y percepción del contenido sexual en el cine, reflejando cambios más extensos en la sociedad en términos de sexualidad, respeto y representación. La reducción en el contenido sexual es evidente en diversos géneros, siendo particularmente marcada en thrillers y películas de acción, y menos en el cine romántico, lo que identifica también una correlación con las preferencias de género de las audiencias.