En El Salvador, una mujer asegura haber tenido contacto con extraterrestres, quienes llegaron a su casa en una nave espacial con un propósito específico.
En una revelación que desafía los límites de lo creíble, María Nágera, una humilde campesina, ha vuelto a contar la historia de un encuentro cercano que vivió hace casi tres décadas, un relato que ha sobrevivido el paso del tiempo y sigue generando asombro y escepticismo a partes iguales.
Según cuenta Nágera, lo que parecía ser un día más en su tranquila vida en el campo, se transformó en una experiencia extraordinaria cuando una nave de aspecto inusual, “redonda como un platillo”, aterrizó cerca de su casa. Este evento, asegura, le resultó tan vívido que aún lo recuerda “como si fuera ayer”, a pesar de que han pasado casi 30 años desde aquel entonces.
La escena que describe es digna de una película de ciencia ficción: cuatro seres humanoides, del tamaño aproximado de un niño de 5 años, emergieron de la nave. Estos seres, de piel blanca y ojos pequeños, parecían emitir un brillo que dificultaba mirarlos directamente. Lo más sorprendente de su relato es la comunicación que estableció con ellos, aunque de una manera poco clara, “como niño tiernito hablaban”, recuerda.
El relato de Nágera va más allá de lo imaginable cuando menciona que los extraterrestres le hicieron dos peticiones inusuales: chiles picantes de su cosecha y, lo más impactante, que les entregara a su hijo de 4 años. A pesar de la extrañeza y el temor que esto le provocó, se negó a acceder a su segunda petición, protegiendo a su hijo de lo que pudiera haber sido un destino incierto.
Este evento no solo quedó grabado en la memoria de María Nágera, sino que también ha sido tema de conversación entre los vecinos de la zona. Luis Queen, quien tenía 14 años en aquel entonces, recuerda que hubo quienes nunca creyeron la historia, aunque él se cuenta entre los que sí la creen.
Omar Romero, un investigador del fenómeno OVNI con 35 años de experiencia, ha documentado el relato de Nágera y sostiene que no se trata de un invento. Sin embargo, admite que no existen pruebas fotográficas o audiovisuales que corroboren el evento. Este caso se suma a la larga lista de avistamientos reportados en la zona, la cual Romero describe como “superespecial” por la cantidad de fenómenos similares registrados.
A pesar de los años, María Nágera ha intentado sin éxito olvidar aquel encuentro. La experiencia le dejó secuelas profundas, confiesa que estuvo 15 días en cama tras el suceso, un testimonio de lo impactante y perturbador que fue el evento para ella.
Enviado desde el lugar de los hechos por Samuel Arias, Telemundo.
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