McLaren F1 aprovechó la entrega oficial de los trofeos del Mundial de Fórmula 1 en la Gala de la FIA, celebrada este viernes en Uzbekistán, para reivindicar abiertamente la forma en la que conquistó el campeonato de constructores —por segundo año consecutivo— y, por fin, el de pilotos, que coronó a Lando Norris como campeón del mundo 17 años después del último título individual de la escudería.
Un éxito que llegó envuelto en polémica durante toda la temporada por una decisión tan valiente como arriesgada: permitir que sus dos pilotos lucharan en pista sin un jerarquía clara, incluso cuando Max Verstappen seguía al acecho y el Mundial se resolvió por apenas dos puntos.

Zak Brown, CEO de la escudería de Woking, fue el primero en ponerlo sobre la mesa, sin que nadie se lo preguntara. “Estoy muy orgulloso de cómo McLaren fue a correr”, aseguró. “Llegar a la última carrera con dos pilotos peleando por el Mundial cuando todo el mundo decía que eso no se podía hacer… y eso es exactamente lo que pensamos seguir haciendo el año que viene”.
Un mensaje que resume una temporada en la que McLaren tuvo el coche más completo de la parrilla, pero también dejó escapar una ventaja que parecía definitiva. Errores de pilotos, decisiones estratégicas discutidas y fallos graves del propio equipo —como la doble descalificación de Norris y Piastri en Las Vegas por incumplir la normativa de las planchas— mantuvieron vivo a Verstappen hasta el final, obligando a Norris a rematar el título bajo una presión extrema.
Andrea Stella, team principal del equipo, fue todavía más explícito al defender el planteamiento del equipo. “Los pilotos son quienes hacen el trabajo: los puntos, las victorias, los podios que nos dieron el título de constructores”, explicó. “Y estamos muy orgullosos de cómo se comportaron, permitiendo que McLaren fuera a correr. Eso es lo que hacemos. Fuimos a correr con igualdad y con justicia”.
Foto de: Handout / FIA / DPPI via Getty Images
Un discurso que no siempre fue bien recibido en el paddock durante el año. Desde otros jefes de equipo hasta expilotos cuestionaron públicamente que McLaren no cerrara filas en torno a Norris antes, evitando así dar opciones a Verstappen en el tramo final del campeonato. Especialmente tras varios cara a cara entre Norris y Oscar Piastri que rozaron el desastre: el adelantamiento del australiano en Spa, el casi accidente en Hungría o el toque en Canadá que terminó con Norris contra el muro.
Aun así, en Woking nunca se apartaron del guion. Ni siquiera cuando, en la última carrera, Verstappen hizo su parte ganando y obligando a Norris a no fallar.
El propio campeón del mundo quiso poner el foco en el trabajo colectivo y en el contexto de un año tan exigente como especial. “Gracias a McLaren por darnos un coche increíble que, en algunos momentos, nos hizo la vida muy fácil y nos permitió ganar muchas carreras”, dijo Norris. “Gracias a Oscar y al equipo, que me ha ayudado a mejorar tanto. Ganar dos campeonatos de constructores seguidos y vivir este momento… es el sueño que tenía de niño”.
McLaren ganó. Ganó sufriendo, al límite y bajo críticas. Pero en la gala de la FIA dejó claro que, para ellos, no solo importa el resultado, sino cómo se consigue. Y lejos de pedir perdón, Brown, Stella y Norris confirmaron que ese seguirá siendo el camino.
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