En Las Vegas, entre neones, lluvia y un asfalto que parecía más un casino que un circuito, Lando Norris firmó una de esas poles que pesan como un discurso de campeón del mundo. Y es que, aunque todavía falten tres carreras y “los campeonatos no se ganan los sábados”, lo que está haciendo el británico en este tramo final de 2025 empieza a oler muy fuerte a título. Ya tiene 24 puntos de margen… y la sensación de que ahora mismo nadie puede frenarle.
Todo ello en su Gran Premio número 150. Quién lo diría viendo el temple con el que manejó la sesión más complicada del año: agua, banderas amarillas, una pista sin agarre y errores por doquier entre veteranos como Hamilton o Leclerc. Pero Norris, que no siempre fue sinónimo de sangre fría, ha mutado.
Y Andrea Stella, su jefe de equipo, lo sabe.
“Una actuación excepcional… incluso con un error”
Stella, que lleva viendo crecer a Norris desde aquel primer test en Hungría, no escondió su admiración.
Según él, la pole llegó en las condiciones más comprometidas posibles, pero Norris no falló cuando había que no fallar.
“En Q3 Lando pudo expresar una actuación excepcional con los intermedios. Incluso en la vuelta de la pole comete un error en la última chicane que le cuesta varias décimas. Pero en los dos primeros sectores fue fortísimo”, explicó el italiano, todavía sorprendido de que su piloto sacara esa vuelta de la chistera en un trazado donde “no esperaba tener margen en seco, y mucho menos en mojado”.
Y es que en McLaren F1 no se engañan: el coche ha sido competitivo todo el año, sí, pero lo que está marcando diferencias ahora es el propio Norris.
El ‘nuevo Lando’ y una madurez inesperada
El propio Stella lo verbalizó con una claridad que casi suena a mensaje interno: “Lo que vemos en él es la capitalización de todo lo aprendido en la primera parte del año. No siempre pudo mostrar el potencial que tenía, pero ha hecho un esfuerzo especial en comprender dónde mejorar. Ha sido un enfoque holístico”.
Dicho de otro modo: Norris ya no es solo velocidad cruda. Ahora es método, madurez y capacidad para convertir días difíciles en días decisivos. Algo que unas semanas atrás —cuando aún alternaba genialidades con imprecisiones— parecía más lejano.
El momentum del aspirante a campeón
Y quizá lo más revelador fue escuchar a Stella hablar del concepto que todo deportista teme perder y todo líder sabe reconocer: “La Fórmula 1 es momentum. Al inicio del año fue más difícil para él, luego Red Bull dejó escapar algo de potencial… y ahora el momentum está del lado de Lando”.
Cualquiera que siga este Mundial sabe que las coronas no se ganan solo por talento: se ganan aprovechando el viento a favor. Y ahora mismo, ese viento sopla sobre el dorsal 4.
Un líder que ya piensa como campeón
Para rematar, Stella recordó que esta pole llega en un momento simbólico: la carrera 150 de Norris en la F1. Un viaje que él ha vivido desde la primera vuelta.
“Ciento cincuenta carreras han sido un viaje precioso con Lando. Ver cómo ha crecido no solo en velocidad, sino también en las cualidades personales que sostienen a un piloto… eso me da una sensación muy especial”.
Suena casi a un padre hablando de un hijo. Y, en cierto modo, así lo vive: “Para mí, Lando y Oscar son como dos hijos”.
El sábado perfecto antes de la carrera más fría del calendario
Mañana, con una primera fila para gestionar sobre una pista deslizante, Stella pide solo una cosa: “Una carrera limpia. Que podamos expresar nuestro potencial”.
Si Norris lo hace, si mantiene esa calma recién estrenada, si convierte esta pole en otro golpe al campeonato… quizá en unas semanas ya no hablemos solo del momentum de Lando Norris.
Hablaremos del campeón del mundo que estaba destinado a ser.
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