El partido 26 de la temporada de los Islanders fue típico, en la medida que reveló poco sobre el equipo que no se supiera ya. Los Islanders estuvieron sólidos en su propia zona, concediendo menos de 20 tiros por tercera vez en cuatro encuentros; tuvieron las mejores oportunidades pero solo lograron anotar una vez ante Logan Thompson y no generaron suficiente tráfico alrededor de la cresta; sintieron que merecían mucho más que una derrota 4-1 ante los Capitals y, en su mayoría, tenían razón. Todo esto ya se había visto antes. Todo esto Mathieu Darche ya lo había visto antes.
La pregunta para el director general novato, sin embargo, es cómo reaccionará ante una pesadilla de 10 días durante la cual los Islanders han perdido cuatro de cinco partidos, anotado solo seis goles, perdido a Jean-Gabriel Pageau por varias semanas y perdido tanto a Alexander Romanov como a Kyle Palmieri por el resto de la temporada.
Darche, durante sus primeros seis meses en el cargo, se ha mostrado completamente realista y pragmático. No se ha presentado como el tipo de mánager que, ante la adversidad, busca una solución rápida que podría perjudicar a la franquicia a largo plazo. Y, a un nivel realista y pragmático, lo correcto para él en este momento sería no hacer nada.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**