Los presidentes de tres bibliotecas públicas de la ciudad se mostraron en desacuerdo con el presupuesto presentado por el alcalde Eric Adams.
Linda Johnson de la Biblioteca Pública de Brooklyn, Anthony Marx de la Biblioteca Pública de Nueva York en Manhattan y Dennis Walcott de la Biblioteca Pública en Queens emitieron un comunicado conjunto expresando su decepción, debido a que el presupuesto no revierte los recortes presupuestarios a las bibliotecas anunciados en enero.
“Hoy, el @NYCMayor dio a conocer un Presupuesto Ejecutivo que TODAVÍA deja el financiamiento de las bibliotecas por debajo de $58,3 millones. Haga oír su voz y envíe a los líderes de la ciudad un mensaje claro: ¡#NoCutsToLibraries!”, se lee en un mensaje en redes sociales de la NY Public Library.
Today, @NYCMayor unveiled an Executive Budget that STILL leaves library funding down $58.3 million. Make your voice heard and send City leaders a clear message: #NoCutsToLibraries! https://t.co/lcPRN9tEFs
— NY Public Library (@nypl) April 24, 2024
Agregaron que los neoyorquinos dependen de los servicios que brindan las bibliotecas y afirmaron que los datos muestran que el uso de las bibliotecas continúa en aumento.
En su comunicado señalaron además que los recortes de poco más de 58 millones de dólares amenazan con alterar gran parte del progreso logrado en los últimos años, y afectarán gravemente a las comunidades vulnerables que más necesitan los servicios de las bibliotecas.
En toda la ciudad, detalla el comunicado, el impacto presupuestario en las bibliotecas incluye:
La mayoría de las bibliotecas de la ciudad de Nueva York solo abrirían cinco días a la semana, por debajo del estándar actual en el que todas están abiertas al menos seis días a la semana. El servicio universal de seis días ha sido el estándar desde 2015 después de que los neoyorquinos lanzaran una campaña para restaurarlo.
La eliminación continua del servicio de siete días en toda la ciudad, y la mayoría de las sucursales permanecen cerradas los domingos. El servicio de siete días fue eliminado luego de un recorte presupuestario de la ciudad a las bibliotecas a mitad de año en noviembre.
Reaperturas retrasadas de sucursales renovadas, muchas de ellas en comunidades históricamente marginadas. Los recortes y las reducciones de fondos propuestas significan que no podemos darnos el lujo de dotar de personal a estas sucursales.
Reducir aún más el gasto en materiales de biblioteca, programación y mantenimiento y reparación de edificios.
Retrasos y sobrecostos para numerosos proyectos de capital en curso, muchos de los cuales ya se han iniciado.
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