La Fórmula 1 siempre ha sido un deporte dominado por hombres, y en sus inicios, eran muy pocas las valientes que se atrevían a entrar en un mundo así. Maria Teresa de Filippis fue una de ellas, convirtiéndose en la primera mujer en participar en una carrera del Gran Circo en 1958.
La italiana se puso al volante de un Maserati 250F en el Gran Premio de Mónaco de aquella temporada, pero su 1:50.8 se quedó a 11 segundos del crono más veloz de la clasificación, el que marcó Tony Brooks con su Vanwall. En esa época, la parrilla estaba limitada a solo 16 coches, por lo que la 23ª posición que consiguió de Filippis no le sirvió para estar en la carrera del domingo en el Principado.
Sin embargo, la napolitana no se rindió, y unos meses después, el 15 de junio, logró lo que ninguna mujer había hecho hasta entonces.
En el Gran Premio de Bélgica, de Filippis partió desde el 19º lugar en la parrilla de salida y se convirtió en la primera piloto en participar en una carrera de Fórmula 1.
En aquella cita que ganó, precisamente, Tony Brooks, la italiana acabó en décima y última posición, a dos giros del vencedor. Esa sería la única vez que de Filippis terminaría una carrera del Gran Circo, ya que, en esa misma temporada, abandonó en Portugal a las pocas vueltas de comenzar y también en Italia, donde rodaba en la quinta posición a falta de únicamente 13 giros para ver la bandera a cuadros. Su última participación en un gran premio fue en 1959, en el lugar donde lo intentó por primera vez, en Mónaco. Sin embargo, su Porsche se quedó a más de 3 segundos del máximo de 16 pilotos que había establecido parta formar para la parrilla.
A pesar de que Maria Teresa de Filippis solo completó 85 vueltas en gran premio en la Fórmula 1, el equivalente a 682 kilómetros, fue una fuente de inspiración para todas las mujeres en el mundo de las carreras, y no se detuvo ante las adversidades, como la que le ocurrió en el Gran Premio de Francia de 1958.
En aquella ocasión, el director del evento afirmó que “el único casco que una mujer debía usar era el de la peluquería”. Esa declaración fue revelada por la propia italiana en una entrevista en el año 2006, cuando tenía 79 años.
Antes de su definitivo adiós al automovilismo, de Filippis tuvo que afrontar la muerte de Jean Behra durante el Gran Premio de Alemania. El jefe del equipo para el que competía en 1959 perdió el control de su monoplaza en el circuito de Avus, en lo que fue la primera y única aparición de la F1 en el trazado del suroeste de Berlín, y chocó contra un soporte de hormigón de un cañón alemán.
Eso provocó su muerte en el acto, un duro golpe para la italiana, que decidió colgar los guantes de manera definitiva, a pesar de que era ella quien estaba destinada a sustituir a Behra.
La napolitana falleció el 9 de enero de 2016, pero dejó un legado con un valor incalculable por ser la pionera y la que se atrevió a desafiar a todo un deporte. Lella Lombardi, la única que logró sumar puntos (lo hizo en el GP de España de 1975), Divina Galica, Desiré Wilson y Giovanna Amati continuaron buscando el sueño en la F1, aunque sin grandes éxitos.
Años después, la F1 estrenó en 2023 un campeonato femenino con el objetivo de apoyar a las mujeres a escalar por las categorías de acceso hasta la cima. El objetivo que se marcaba la organización fundada por David Coulthard ‘More Than Equal’ (Más que igual) era el de ver a una mujer en Fórmula 1 en diez años.
Y así, mientras esperamos a ver si eso se cumple, recordamos a Maria Teresa de Filippis, que no solo fue la primera mujer en participar en una carrera de Fórmula 1, sino que fue el símbolo de lucha de todas las que soñaban con ponerse al volante de un coche y demostrar que podían valer tanto como el resto.
En este artículo
Mario Galán
Fórmula 1
Maria Filippis
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