Redacción.- Lo que comenzó como una convocatoria de la “Generación Z” se transformó en una protesta multitudinaria en México, reuniendo a miles de personas de distintas edades que salieron a las calles para exigir justicia, seguridad y el fin de la violencia.
La movilización avanzó por las principales avenidas del centro de la Ciudad de México hasta llegar al Palacio Nacional, donde los manifestantes lograron derribar parte de las vallas metálicas que resguardaban el edificio. Las autoridades respondieron con gas lacrimógeno y extintores para contener a la multitud.
Uno de los símbolos más destacados de la protesta fue el sombrero de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan asesinado el 1 de noviembre, convertido en un emblema de valentía por su lucha directa contra el crimen organizado.
Frente al despliegue de seguridad en el Zócalo, los manifestantes corearon: “Así hubieras protegido a Carlos Manzo”, mientras exigían al gobierno de Sheinbaum acciones efectivas frente a la creciente ola de violencia que afecta a México.