“¡Chávez somos todos!”. En busca de ser reelegido para un tercer mandato después de más de una década en el poder, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, vuelve a poner al mito del exmandatario Hugo Chávez (1999-2013) en el corazón de su discurso.
Ungido como su sucesor el 8 de diciembre de 2012 por el propio Chávez antes de que muriera de cáncer, Maduro ha dado pasos para construir una iconografía propia, pero la proximidad de las presidenciales del 28 de julio ha traído una resurrección de la simbología en torno al fallecido líder socialista.
“¡Chávez es un pueblo, Chávez somos todos! (…) ¡No es Maduro! ¡No se confundan!”, clamó el mandatario el sábado, al ser proclamado como candidato por el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). “Aquí el candidato es un pueblo, el hombre de a pie, la mujer de a pie”, agregó.
“Este estandarte lo hizo de sus propias manos el comandante Chávez (…). Sé que en sus manos no se perderá la revolución”, dijo el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, al entregarle a Maduro una bandera del partido.
La iconografía de Chávez en las calles, como un famoso logo de sus ojos, había reducido su presencia en oficinas públicas en los últimos años, sin llegar a desaparecer.
A la vez, en un intento de alejarse de la imagen de simple “heredero”, Maduro había creado a finales de 2017 su movimiento político, Somos Venezuela, aunque sin desafiar al PSUV.
La televisión estatal, que sigue transmitiendo viejas alocuciones de Chávez, estrenó también en 2021 un dibujo animado de propaganda, “Superbigote”, que representa a Maduro como un superhéroe que combate a la oposición y a monstruos enviados por Estados Unidos.
Pero, castigado por baja popularidad, Maduro vuelve a virar hacia su “padre” político.
“Una foto que no envejece”
“Cuando tú miras una encuesta, va a haber una diferencia muy importante entre el nivel de respaldo popular a Chávez, aún a tantos años de su muerte (el 5 de marzo de 2013), y el nivel de respaldo popular a Maduro“, dice a la AFP Luis Vicente León, presidente de la firma de opinión Datanálisis.
“Un líder siempre quiere tener o construir una relación propia con la masa (…), pero Maduro tiene un problema: la comparación natural entre él y Chávez“, apunta León.
“Chávez es un líder muy fuerte que muere después de ganar unas elecciones (de 2012), con alto nivel de popularidad; entonces, es una especie de foto de Marilyn Monroe o James Dean, que no envejece, mientras Maduro asume los costos de la crisis económica y las sanciones” de Estados Unidos contra Venezuela, consideró.
El año pasado, al cumplirse una década de la muerte de Chávez, estudios de opinión situaron la aceptación del expresidente en cerca de 50%.
“En los primeros años, Maduro no era él, sino Chávez. Decía que hablaba con Chávez, lloraba, pero después comenzó a normalizar su gobierno, a centrarse más en él”, comenta a la AFP el politólogo Luis Salamanca. “Hay ahora un regreso a Chávez. Es una carta más que tiene que jugar”.
La transmisión en la TV estatal de la proclamación de Maduro como candidato del PSUV mostró a dos de las hijas de Chávez, María Gabriela y Rosinés, llorando de emoción.
Estructura de poder
Símbolo del culto a la personalidad, la tumba de Chávez en el cuartel desde el cual dirigió en 1992 un fallido golpe de Estado es un lugar sagrado para sus seguidores.
“Chávez era un líder mesiánico, Maduro, no; es un líder efectivo y efectista (…), son naturalezas distintas”, dice a la AFP el doctor en ciencias políticas Daniel Varnagy.
Tal vez por ello, aunque retorna al origen de Chávez, el presidente venezolano levanta un muro para frenar a sus adversarios.
La favorita en las encuestas, la liberal María Corina Machado, enfrenta una inhabilitación para ejercer cargos públicos que le impedirá postularse cuando el momento para inscribir candidaturas es inminente, con un plazo fijado del 21 al 25 de marzo. La prensa reportó esta semana, además, que varios partidos opositores serán excluidos.
“Maduro está formateando el panorama electoral para tener unas elecciones a la medida de sus posibilidades”, indica Salamanca. “No lo veo aferrado al recuerdo de Chávez, sino a la estructura de poder que Chávez le legó (…), que les permite hacer todo lo que están haciendo”.
Las elecciones coincidirán con el natalicio de Chávez (28 de julio de 1954), quien cumpliría 70 años, por lo que Maduro anunció la inauguración de 70 obras públicas en el camino.