El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha intensificado sus medidas de seguridad personal —incluidos cambios constantes de cama y de teléfono celular— ante lo que percibe como una creciente amenaza de intervención militar por parte de Estados Unidos. Así lo aseguraron varias fuentes cercanas al Gobierno venezolano, que describen un clima de tensión dentro del círculo más próximo al mandatario.
De acuerdo con estos informantes, Maduro ha reforzado su dependencia de Cuba, considerado su aliado más estratégico en materia de inteligencia y protección. Las fuentes relataron que, pese al nerviosismo interno, el presidente insiste en que mantiene el control de la situación y que podrá superar lo que califican como el desafío más serio a sus 12 años en el poder.
Las precauciones se incrementaron especialmente desde septiembre, cuando EEUU comenzó a concentrar buques de guerra en el Caribe y a atacar embarcaciones que, según la administración del presidente Donald Trump, estaban vinculadas al narcotráfico desde Venezuela. Temiendo un ataque de precisión o una operación de fuerzas especiales, Maduro ha variado con frecuencia el sitio donde pernocta y sustituido repetidamente sus dispositivos de comunicación, señalaron las mismas fuentes.
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Para reducir el riesgo de traición, Maduro también amplió el papel de los guardaespaldas cubanos en su equipo de seguridad personal y ha incorporado más agentes de contraespionaje cubanos al ejército venezolano, dijo una de las personas.