Una residente del sector Ejecutivo, en Verón–Bávaro–Punta Cana, denunció un incidente que ha generado inquietud en la comunidad: un individuo habría ingresado a su vivienda durante la noche, entrando por la habitación donde descansaba su hijo, y sustrajo una tableta electrónica.
La joven madre relató que su principal preocupación no era el dispositivo tomado, sino el hecho de que un desconocido irrumpiera en su hogar mientras el menor dormía, situación que describió como alarmante y profundamente perturbadora.
Tras el suceso, la mujer acudió a la Dirección Central de Investigación (DICRIM) con la intención de formalizar su denuncia. No obstante, afirmó que el personal no aceptó procesar su caso debido a que no contaba con el correo electrónico asociado al dispositivo sustraído. Esta respuesta, según explicó, incrementó su frustración, al sentir que el foco se desviaba hacia un detalle técnico y no hacia el riesgo que implicó la entrada a su vivienda.
La denunciante insistió en que su objetivo era poner en conocimiento de las autoridades la gravedad de la intrusión. “Yo no vine por una tablet, vine porque se metieron en mi casa, con mi hijo durmiendo”, manifestó, subrayando que su mayor inquietud es la seguridad de su familia y la vulnerabilidad evidenciada por el incidente.
A su juicio, la falta de receptividad ante su planteamiento refleja la necesidad de que las instituciones den mayor prioridad a la protección del entorno residencial, especialmente en circunstancias donde menores de edad se ven expuestos a riesgos. La residente expresó que esperaba orientación y una respuesta más acorde con la naturaleza del hecho, enfatizando que la entrada no autorizada debía ser el elemento central de la investigación.
Las autoridades no han emitido declaraciones sobre el caso hasta el momento.