Luigi Mangione, el sospechoso de asesinar la semana pasada en Nueva York al director ejecutivo de UnitedHealthcare, Brian Thompson, fue acusado este lunes en un juzgado de Hollidaysburg (Pensilvania) de cinco delitos relacionados con posesión de armas y falsificación.
Durante su comparecencia en un juzgado de Hollidaysburg, el juez ordenó que Mangione quedara bajo custodia sin derecho a fianza.
Aunque no se declaró culpable, negó estar al tanto de dos acusaciones presentadas por los fiscales: que llevaba $8,000 dólares en efectivo y que poseía una mochila capaz de bloquear señales celulares, según reportó CNN.
Las autoridades de Pensilvania dieron una rueda de prensa posterior a la audiencia en la que indicaron que la investigación sigue abierta y esperan que a Mangione se le acuse de “homicidio” en las próximas horas, según EFE.
La Fiscalía del Distrito de Manhattan busca extraditar a Mangione para enfrentar cargos por homicidio en Nueva York. Mientras tanto, en Pensilvania, enfrenta dos cargos graves de falsificación y porte de armas sin licencia, y tres cargos menores relacionados con posesión de instrumentos delictivos y falsificación de identidad.
Mangione deberá comparecer nuevamente ante un tribunal en Pensilvania el 23 de diciembre, aunque se espera que sea trasladado antes a Nueva York para afrontar las acusaciones principales.
Detenido en Pensilvania
Mangione, de 26 años, fue detenido en un restaurante McDonald’s en Altoona, Pensilvania, tras ser reconocido por un empleado que alertó a la policía.
Según el subjefe de la Policía de Altoona, Derek Swope, el sospechoso mostró un comportamiento nervioso al ser interrogado sobre su reciente presencia en Nueva York.
El teniente coronel George Bivens, de la Policía de Pensilvania, señaló en una rueda de prensa posterior que la investigación sigue abierta y describió una “montaña de pruebas” que incluye documentos escritos y dispositivos electrónicos en proceso de análisis.
También afirmó que las autoridades están verificando la posible existencia de cómplices.
El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, condenó el crimen y advirtió contra el uso de la violencia como respuesta a desacuerdos políticos o ideológicos.
“La violencia nunca debe ser una herramienta para abordar diferencias”, declaró, criticando la reacción de sectores que intentan justificar el asesinato debido a la impopularidad de las aseguradoras médicas.
Con información de EFE.
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