A medida que envejecemos, es natural experimentar cambios en nuestro cuerpo y en nuestra salud. La disminución de la masa muscular y ósea es común a partir de los 50 años, pero esto no significa que debamos aceptar una disminución en nuestra calidad de vida. Mantenerse físicamente activo y comprometido con un programa de ejercicios adecuado puede ayudar a mantener y mejorar la fuerza física y mental a medida que envejecemos.
Beneficios de mantener la fuerza física y mental
La actividad física regular no solo fortalece nuestros músculos y huesos, sino que también tiene beneficios significativos para nuestra salud mental. Estimula la producción de endorfinas, conocidas como las «hormonas de la felicidad», que pueden mejorar nuestro estado de ánimo y reducir los sentimientos de estrés y ansiedad. Además, el ejercicio físico también puede mejorar la función cognitiva, incluida la memoria, la concentración y la toma de decisiones.
Rompiendo el mito del envejecimiento
Durante mucho tiempo, se creía que el envejecimiento era un proceso inevitable que conducía a la pérdida de fuerza física y mental. Sin embargo, un estudio realizado por la Universidad de Harvard ha demostrado que la actividad física regular a partir de mediana edad puede desviar la energía de los procesos de envejecimiento y dirigirla hacia mecanismos que promueven la longevidad y la salud. Esto significa que nunca es demasiado tarde para comenzar a hacer ejercicio y cosechar sus beneficios.
La importancia del entrenamiento de resistencia
Uno de los factores clave para mantener y aumentar la fuerza física a medida que envejecemos es el entrenamiento de resistencia. Este tipo de ejercicio se centra en fortalecer los músculos y mejorar la resistencia. Al realizar ejercicios de resistencia de manera regular, podemos prevenir o retardar la pérdida de masa muscular relacionada con la edad, conocida como sarcopenia.
Ejercicios de resistencia para mayores de 50 años
Levantamiento de pesas
El levantamiento de pesas es uno de los ejercicios más efectivos para aumentar la fuerza muscular. Puede ser realizado con pesas libres, máquinas de pesas o bandas de resistencia. Es importante comenzar con peso ligero y aumentar gradualmente la carga a medida que nos sintamos más fuertes. Los principales grupos musculares que debemos trabajar incluyen el pecho, los brazos, las piernas y la espalda.
Ejercicios de resistencia con el peso corporal
Si no tenemos acceso a pesas o máquinas de pesas, los ejercicios de resistencia con el peso corporal son una excelente alternativa. Estos ejercicios incluyen flexiones, sentadillas, zancadas y planchas. Podemos realizar estas actividades en la comodidad de nuestro hogar, sin necesidad de equipo adicional.
Entrenamiento en circuito
El entrenamiento en circuito es una forma efectiva y eficiente de trabajar todos los grupos musculares al mismo tiempo. Consiste en realizar una serie de ejercicios en secuencia, sin descanso entre ellos. Podemos combinar ejercicios de resistencia con ejercicios cardiovasculares para obtener un entrenamiento completo. Algunos ejemplos de ejercicios de circuito incluyen saltos, burpees, flexiones, sentadillas y abdominales.
Yoga y Pilates
El yoga y el Pilates son ejercicios de bajo impacto que se centran en la fuerza, la flexibilidad y la estabilidad del cuerpo. Estas prácticas pueden ayudar a mejorar la postura, aliviar el estrés y promover una mente y un cuerpo equilibrados. Además, el yoga y el Pilates también pueden ser beneficiosos para la salud mental, ya que fomentan la relajación y la conexión mente-cuerpo.
Incorporando el ejercicio en nuestra rutina diaria
Para obtener los máximos beneficios del ejercicio, es importante incorporarlo en nuestra rutina diaria. Aquí hay algunas estrategias para hacerlo:
Establecer metas realistas
Es importante establecer metas realistas y alcanzables para nuestro programa de ejercicios. Comenzar con sesiones cortas y aumentar gradualmente la duración y la intensidad a medida que nos sintamos más cómodos. También es útil registrar nuestro progreso para mantenernos motivados y celebrar nuestros logros.
Hacer ejercicio de manera regular
La consistencia es clave cuando se trata de ejercicio. Tratemos de hacer ejercicio al menos tres veces a la semana, alternando entre ejercicios de resistencia y ejercicios cardiovasculares. También es importante recordar que cualquier cantidad de ejercicio es mejor que nada, por lo que incluso pequeñas cantidades de actividad física pueden marcar la diferencia.
Buscar apoyo y motivación
Hacer ejercicio puede ser más divertido y motivador cuando lo hacemos en compañía de otras personas. Busquemos un compañero de ejercicios o unirse a un grupo de ejercicios local. También podemos establecer metas conjuntas y animarnos mutuamente a medida que avanzamos en nuestro programa de ejercicios.
Adaptar el ejercicio a nuestras necesidades
Cada persona es diferente, por lo que es importante adaptar el ejercicio a nuestras necesidades y capacidades individuales. Si tenemos alguna lesión o condición médica, consultemos con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier programa de ejercicios. Ellos podrán brindarnos orientación y recomendaciones personalizadas.
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