Los científicos creen que han identificado la causa de los síntomas persistentes del Covid

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Millones de personas en todo el mundo continúan experimentando una amplia gama de síntomas debilitantes mucho después de haberse recuperado de la infección inicial por COVID-19. Este fenómeno, ha desconcertado a los expertos médicos y dejado a los pacientes luchando por encontrar respuestas y tratamiento adecuado. Sin embargo, los recientes avances en la investigación han arrojado luz sobre los posibles mecanismos subyacentes responsables de esta condición crónica y debilitante.

Alteraciones en el sistema inmunológico

Una de las principales teorías que emerge de la investigación es que el COVID persistente puede estar vinculado a una disfunción inmunitaria crónica después de la infección inicial. Muchos expertos creen que una respuesta inmunológica desregulada podría desencadenar una cascada de síntomas en todo el cuerpo.

Reservorios virales persistentes

Los estudios han encontrado que el material genético del virus SARS-CoV-2 puede permanecer alojado en diversos tejidos del cuerpo, como los intestinos, los ganglios linfáticos y otros órganos, durante meses después de la infección aguda. Estos reservorios virales persistentes podrían estar provocando una inflamación sostenida en los tejidos circundantes, lo que a su vez podría generar los problemas cognitivos, gastrointestinales y otros síntomas que experimentan los pacientes persistentes.

Respuesta autoinmune

Los investigadores también han encontrado evidencia de que puede desencadenar una respuesta autoinmune perjudicial y duradera. Se han detectado niveles extraordinariamente altos de autoanticuerpos en pacientes con COVID persistente, lo que sugiere que el sistema inmunológico está atacando erróneamente los propios tejidos del cuerpo.

Reactivación de otros virus

Otra posibilidad es que la infección inicial por COVID-19 pueda reactivar otros virus latentes en el cuerpo, como el virus de Epstein-Barr, lo que a su vez desencadena una inflamación crónica. De hecho, los estudios han descubierto que la reactivación del virus de Epstein-Barr podría ser un factor predictivo del desarrollo de COVID persistente.

Problemas circulatorios y de oxigenación

Otra área de investigación que ha arrojado luz sobre el COVID persistente se centra en los problemas circulatorios y de oxigenación que experimentan muchos pacientes.

Disfunción vascular y coágulos sanguíneos

Los estudios iniciales han encontrado que los pacientes a menudo presentan respuestas inesperadas durante el ejercicio, a pesar de que sus pruebas cardíacas y pulmonares parecen normales. Esto sugiere que la inflamación crónica puede estar dañando las fibras nerviosas que ayudan a regular la circulación sanguínea, una condición conocida como neuropatía de fibras pequeñas. Además, se han detectado microcoágulos sanguíneos que podrían obstruir los diminutos vasos sanguíneos y limitar la captación de oxígeno por parte de los tejidos.

Problemas de oxigenación

Incluso en pacientes que no fueron hospitalizados por COVID-19, las imágenes de resonancia magnética han revelado indicios preliminares de daño pulmonar, lo que sugiere que la función pulmonar puede verse afectada de manera sutil pero significativa. Esto podría explicar la dificultad para respirar y la fatiga extrema que experimentan muchos pacientes, ya que sus músculos y tejidos no pueden obtener suficiente oxígeno.

Foto Freepik

Efectos en el cerebro

Incluso los casos leves pueden provocar problemas cognitivos persistentes, como dificultad para concentrarse, problemas de memoria y problemas para encontrar las palabras. Los investigadores han encontrado una amplia gama de alteraciones en el cerebro de los pacientes con COVID persistente.

Inflamación cerebral

Aunque no está claro si el virus SARS-CoV-2 puede invadir directamente el cerebro, la infección parece provocar una considerable inflamación en este órgano, incluso en casos leves. Esta inflamación podría activar en exceso a las células inmunitarias cerebrales conocidas como microglía, lo que a su vez podría contribuir a los problemas cognitivos.

Reducción del flujo sanguíneo cerebral

Otros estudios han descubierto que puede reducir significativamente el flujo sanguíneo al cerebro, un hallazgo que también se ha observado en el síndrome de fatiga crónica. Esta disminución del aporte de oxígeno y nutrientes al cerebro podría explicar los problemas cognitivos y la fatiga debilitante que experimentan muchos pacientes.

Efectos en los pulmones

Si bien la dificultad para respirar es un síntoma frecuente del COVID persistente, los exámenes pulmonares convencionales a menudo arrojan resultados normales. Sin embargo, un equipo de investigadores británicos utilizando resonancia magnética encontró indicios preliminares de daño pulmonar incluso en pacientes que nunca fueron hospitalizados.

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Captación deficiente de oxígeno

Estas imágenes detalladas de la función pulmonar sugieren que la mayoría de los pacientes con COVID persistente captan el oxígeno de manera menos eficiente que las personas sanas, a pesar de que la estructura de sus pulmones parezca normal. Algunas posibles explicaciones incluyen microcoágulos en los tejidos pulmonares o un engrosamiento de la barrera alveolo-capilar que regula el intercambio de gases.

Estos hallazgos indican que puede provocar alteraciones sutiles pero significativas en la función pulmonar, lo que contribuye a la sensación de dificultad para respirar y fatiga que experimentan los pacientes.

Otros efectos

Además de los problemas inmunológicos, circulatorios, cerebrales y pulmonares, el COVID persistente también se ha asociado con una amplia gama de otros síntomas y complicaciones.

Síndrome post-cuidados intensivos

Las personas que estuvieron gravemente enfermas y tuvieron que ser hospitalizadas pueden desarrollar el síndrome post-cuidados intensivos (PICS), que se caracteriza por debilidad muscular, problemas cognitivos y síntomas de trastorno de estrés postraumático. Aunque el PICS no se refiere específicamente a la infección por SARS-CoV-2, puede contribuir a la experiencia general del COVID persistente.

Otras complicaciones

Además, también se ha relacionado con el desarrollo o agravamiento de otras afecciones, como diabetes, enfermedades cardíacas, coágulos sanguíneos y trastornos neurológicos. Estas complicaciones multiorgánicas pueden persistir durante semanas, meses o incluso años después de la infección inicial.

Diagnóstico y tratamiento

Dado que el COVID persistente es una condición relativamente nueva, el diagnóstico y el tratamiento aún presentan desafíos importantes.

Dificultades de diagnóstico

Muchos de los síntomas del COVID persistente son difíciles de explicar y no se pueden detectar fácilmente con las pruebas de laboratorio o de diagnóstico convencionales. Esto ha llevado a que algunos profesionales de la salud no tomen en serio los síntomas de los pacientes o los malinterpreten como problemas psicosomáticos.

Enfoques de tratamiento

El tratamiento del COVID persistente se centra principalmente en el manejo de los síntomas, la reducción del impacto en las actividades diarias y la mejora de la calidad de vida. Debido a la naturaleza compleja y variable de la afección, los expertos sugieren que el tratamiento debe ser individualizado y abordar los problemas específicos de cada paciente, ya sea a nivel inmunológico, circulatorio, neurológico o de otro tipo.

Afortunadamente, cada vez más hospitales y clínicas están estableciendo programas especializados en la recuperación posterior, donde los pacientes pueden acceder a un enfoque multidisciplinario para el manejo de esta condición.

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Dany Levito
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