En los últimos días, los dominicanos han vuelto a experimentar lo que muchos creían haber dejado atrás: apagones de hasta seis horas que afectan significativamente la vida diaria. Este regreso de los cortes de energía ha generado preocupación, frustración y un sentimiento de déjà vu entre los ciudadanos, quienes ven cómo se interrumpe su rutina diaria y se afectan sus actividades económicas.
Una Realidad que Se Repite
A pesar de los esfuerzos realizados en el pasado para mejorar el suministro eléctrico en la República Dominicana, los apagones han vuelto a ser un problema recurrente. Zonas tanto urbanas como rurales han sido impactadas por la falta de energía, lo que ha llevado a la población a cuestionar la eficacia de las medidas adoptadas por las autoridades y las empresas eléctricas para garantizar un servicio confiable.
Los sectores más vulnerables, como los pequeños comerciantes y las familias de bajos recursos, son los que más sufren las consecuencias de estos apagones. Las interrupciones prolongadas del servicio eléctrico afectan la conservación de alimentos, la operación de pequeños negocios y la calidad de vida en general. Para muchos, esta situación