El Viernes de Dolores se celebra antes del Domingo de Ramos, exactamente una semana antes del Viernes Santo.
En la tradición católica se coloca un altar a la Virgen María para contemplar, consolar y aprender de sus dolores. Los 7 días antes de la Semana Santa se conocen como la Semana de Pasión, la cual ocurre durante la Cuaresma y hace referencia a los dolores de la Virgen en la semana previa a la muerte y resurrección de Jesucristo.
Los siete dolores son un conjunto de sucesos que vivió la Virgen María y se pueden ver representadas visualmente con siete espadas que atraviesan su corazón. Están relacionados con Jesús porque el sufrimiento de María proviene de lo que le hicieron.
Los creyentes los rezan en el rosario ya que se encuentran en la Biblia, después de rezar cada dolor se termina con un Ave María.
El primer dolor se trata de La profecía de Simeón en la presentación del Niño Jesús, el profeta pronunció la amarga pasión y muerte de Jesús puesto que se dio cuenta de todo lo que sufriría y le advirtió a María que una espada de dolor le atravería el alma por todos los sufrimientos de su hijo.
El segundo es La huida a Egipto, este considera el gran dolor que sintió María cuando San José fue advertido por un ángel, por lo que tuvo que huir junto a José y Jesús con el objetivo de proteger a su hijo de la masacre decretada por Herodes.
El tercer dolor de la Virgen es La Pérdida del Niño Jesús en el Templo, cuando María perdió a su hijo regresó a Jerusalén y lo buscó durante tres días con gran dolor hasta que lo encontró en el templo.
El cuarto es cuando María se encuentra con Jesús camino al Calvario , la Virgen se reencontró con Jesús y lo vio siendo torturado por látigos mientras caminaba arrastrando la cruz coronado de espinas.
El quinto es La crucifixión y muerte de Jesús y se trata del momento en el que colocan a Jesús en la cruz mediante clavos en los pies y manos; la Virgen sufrió por ver a su hijo torturado de esa manera y oyó a Jesús perdonar a sus enemigos.
El sexto dolor es cuando María recibe a Jesús bajado de la cruz, considerado como el momento más amargo que desgarró el alma de María al ver el cadáver de Jesús sobre su regazo, cubierto de sangre y lastimado por las heridas profundas que le hicieron.
El último dolor es cuando Jesús es sepultado, María acompañó en todos los sufrimientos a su hijo y vio por última vez su cuerpo mientras lo colocaron dentro de la tumba, y aunque sabía que resucitaría al tercer día ella se quedó sola y llena de dolor.
La Virgen María sufriendo le dijo a Santa Brigida que quienes hicieran oración recordando sus dolores y pena alcanzarían siete favores especiales: la paz en sus familias, confianza en el actuar de Dios, consuelo en las penas, defensa y protección ante el mal, además de dar lo que pidan mientras no se oponga a la voluntad de Jesús, visita en el lecho de muerte y perdón de todos los pecados.
El Viernes de Dolores es confundido con la festividad de Nuestra Señora de los Dolores pero esta se realiza el 15 de septiembre.