Ríos desbordados, localidades incomunicadas y cientos de casas amenazadas, son las consecuencias de las más recientes lluvias en el territorio nacional, que ya provocaron la muerte de una señora en Constanza, provincia La Vega.
Mientras, miles de hombres y mujeres de la Defensa Civil están acuartelados para actuar en caso de que sea necesario, según acordó la Dirección del organismo, durante una reunión con todos los directores provinciales.
El río Cabón lleva varios días desbordado, por lo que mantiene a varias comunidades incomunicadas como La Ceiba, Los Castillo, Reventón y otras del Distrito Municipal La Victoria, de Cabón, Rancho Arriba, así como de Chirino, en Monte Plata.
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Delfín Rodríguez, director de Operaciones de la Defensa Civil, informó que todo el personal de esa entidad de primera respuesta, en las provincias situadas en alerta amarilla, se encuentran acuartelado para actuar de inmediato en caso de alguna emergencia.
Sostuvo que el personal bajo su dirección se mantuvieron ayudando a las familias que abandonaron sus hogares afectadas por crecidas de ríos y arroyos en Santiago, La Vega y Monseñor Nouel, para que retornaran a sus casas.
Ayer la dirección de la DC junto a los directores provinciales evaluaban los daños y necesidades provocadas por las lluvias con miras a ir en auxilio de quienes perdieron sus ajuares. Citó entre los daños, el colapso de una pared en la comunidad La Sabina, Constanza, que terminó con la vida de la señora Isidra Pichardo, de 56 años.
En el gran Santo Domingo, el río Ozama amenazaba con penetrar a cientos de viviendas en sus márgenes, tanto del lado oriental como occidental, por lo que sus habitantes se mantenían atentos para abandonarlas si fuese necesario. Nicolás Guillén, propietario de una yola que utiliza para transportar a quienes habitan en las localidades incomunicadas, narra las vicisitudes que pasan quienes habitan en esos lugares cada vez que llegan las temporadas de lluvias.
Narra que en ocasiones ha tenido que servir de especie de 9-1-1, envolver en sabana a personas graves y trasladarlas en la yola sobre el río, porque no hay otra forma para hacerlo.
Urge una solución por parte del gobierno, que ya comenzó a reconstruir calles y aceras en La Ceiba y Los Castillo.
De su lado, López Berberé, quien habita en La Ceiba, lleva varios días que no da vuelta a los animales que tiene en el paraje Cabón, al otro lado del río del mismo nombre, debido a que este baja con mucha agua.
Indica que en la zona se siembran productos agrícolas como ahuyama, cacao, arroz, plátano, guineo, maíz y otros rubros, que peligran cada vez que llueve porque el río impide que sus propietarios los atienda.