La mente está llena de páginas en blanco, cual un cajón organizado por segmentos se llena y rellena de lo habitual, ella posee el potencial de sostener lo extraordinario, pero dependerá siempre de lo que pongamos ahí. Tal como sobrecargamos un teléfono con aplicaciones e informaciones innecesarias, igualmente restringen nuestra capacidad de respuesta, transformándonos en un repetidor, un reflejo de nuestro medio, pero no de nuestro creador; Dios anhela dibujar allí sus ideas, exponerte sus planes, llenar tus líneas de provechosa sabiduría y pintar tu nueva temporada. ¡Descansa y elimina lo que no aplica, renuévate, no debes sobre escribir tu mente! En una página de libertad se imprime la música de una generación y en un minuto de silencio brillan ideas con la potencia de mil toneladas de productividad.