La inteligencia es un concepto multifacético que se manifiesta de diversas formas, desde la lingüística hasta la lógica-matemática. Sin embargo, algunos patrones de comportamiento, como los hábitos de sueño, parecen ser indicadores comunes entre las personas más inteligentes. Un estudio reciente de la Universidad de Southampton ha revelado una interesante conexión entre el coeficiente intelectual (CI) y los horarios de sueño.
Las preferencias nocturnas de los individuos inteligentes
Según la investigación, las personas con un CI superior a 125 tienden a acostarse mucho después de la medianoche. Esta tendencia no se limita solo a los fines de semana, sino que parece ser una preferencia natural por las horas más tardías de la noche.
Patrones de sueño irregulares
Además, los individuos más inteligentes suelen ignorar sus alarmas y levantarse más tarde. Al estudiar los hábitos de sueño de 1,229 personas, los investigadores encontraron que aquellos que se acostaban después de las 11 p.m. y se levantaban después de las 8 a.m. tenían ingresos más altos y una vida más satisfactoria.
¿Salud y bienestar afectados?
Si bien los «búhos nocturnos» mostraron una mayor prosperidad socioeconómica, el estudio no reveló una superioridad cognitiva o de salud significativa en comparación con los «alondras» (aquellos que se acuestan y levantan más temprano). De hecho, ambos grupos presentaron un riesgo de mortalidad ligeramente menor que el resto de la muestra. Sin embargo, pasar demasiado tiempo en la cama (más de 12 horas) se asoció con un mayor riesgo de fallecimiento en comparación con dormir aproximadamente 8 horas por noche.
Implicaciones socioeconómicas
El estudio también resaltó que los «búhos nocturnos» tenían ingresos medios más altos y eran más propensos a tener un automóvil, lo que sugiere una correlación entre los horarios de sueño tardíos y un mayor estatus socioeconómico. Esta tendencia podría estar relacionada con profesiones o estilos de vida que permiten una mayor flexibilidad en los horarios de trabajo y descanso.
Diferencias de género
Aunque el estudio no profundizó en las diferencias de género, es posible que existan patrones distintivos en los hábitos de sueño entre hombres y mujeres con altos niveles de inteligencia. Futuras investigaciones podrían explorar si existen variaciones en las preferencias nocturnas y los factores socioculturales que influyen en ellas.
Implicaciones para la salud y el bienestar
Si bien el estudio no encontró una ventaja cognitiva o de salud significativa en los «búhos nocturnos», sí resaltó la importancia de mantener un equilibrio saludable en los hábitos de sueño. Tanto dormir demasiado como demasiado poco pueden tener consecuencias negativas para la salud y el bienestar.
La importancia del sueño
El sueño desempeña un papel fundamental en la consolidación de la memoria, la regulación emocional y el funcionamiento cognitivo. Por lo tanto, es crucial encontrar un equilibrio entre las preferencias individuales y las recomendaciones de salud pública sobre la duración óptima del sueño.
Factores individuales y contextuales
Además, los patrones de sueño pueden verse influenciados por una variedad de factores, como la edad, el género, el estilo de vida y las demandas laborales. Es importante tener en cuenta estas variables al analizar los hábitos de sueño y su relación con la inteligencia.