Hay algo irresistible en el encanto de correr para Ferrari, independientemente del considerable bagaje que a menudo lo acompaña. La presión, las luchas internas y el implacable escrutinio de los medios de comunicación vienen cargados con toda esa pasión, emoción y los mejores coches de empresa de la F1.
Ese modelo fue establecido por el fundador de la marca, Enzo Ferrari, el autodenominado “agitador de hombres” que consideraba a sus pilotos, salvo a los más extraordinarios, como empleados a sueldo.
“Las expectativas de rendimiento de Ferrari ejercían una enorme fuerza que irradiaba por todo el equipo y los pilotos no estaban exentos de ella”, escribió el campeón del mundo de 1961, Phil Hill.
“En lugar de que la carrera fuera la culminación de un esfuerzo de equipo para ganar, había la sensación de que a uno, el piloto, se le había confiado a regañadientes esta joya de máquina, este fruto del genio, y se esperaba que su torpeza natural no lo destruyera”.
“Cuando uno de nosotros ganaba, percibía cierta reticencia por parte de Ferrari a compartir los laureles con el piloto, a darle una palmadita en la espalda y agradecerle el trabajo bien hecho. Era más bien como si Ferrari sintiera que la victoria era doblemente suya: no sólo había conseguido construir un coche que era mejor que los demás, sino un coche que también era lo suficientemente bueno como para frustrar incluso la destructividad natural de su piloto”, dijo.
Lewis Hamilton ha trabajado bajo una presión considerable este año y es justo decir que las expectativas no se han cumplido del todo por ambas partes. Aparte de la victoria en la sprint de China, todavía no ha logrado imponerse a su compañero Charles Leclerc en términos de ritmo, y el propio coche ha demostrado ser un incordio en ocasiones.
Lewis Hamilton, Ferrari
Foto de: Clive Rose / Getty Images
Esta misma semana, el jefe del equipo, Fred Vasseur, admitió que había subestimado la magnitud del reto que suponía integrar a Hamilton en la organización.
Antes del Gran Premio de Italia en Monza, Max Verstappen fue preguntado por Ferrari, ya que es uno de los pocos equipos punteros con los que no se le ha vinculado, y por su opinión sobre la tumultuosa primera temporada de Hamilton en Maranello.
“Tienen dos pilotos contratados para el año que viene, así que no hay discusión de todos modos”, dijo a Motorsport.com y otros medios. “Ahora, ¿hay alguna posibilidad? Sí, hay muchas posibilidades en esta vida para cualquier tipo de decisión”.
“Por supuesto, en este momento no está en el horizonte, pero ¿quién sabe? Ni siquiera sé cuánto tiempo voy a estar en la Fórmula 1, así que todavía hay muchas incógnitas para mí”.
“Siempre es muy difícil saber lo que va a pasar, ¿verdad? No puedo saber cómo estaba [Hamilton] en Mercedes, cómo se siente personalmente, qué está pasando en el equipo [Ferrari] ahora mismo. No tengo ninguna información sobre eso”.
“La cosa es que se unió a un equipo que ya tiene un piloto muy fuerte con Charles Leclerc, así que nunca va a ser fácil entrar e inmediatamente empezar a batir a tu compañero de equipo que está bien integrado, conoce muy bien el equipo, habla el idioma y demás”.
“Y estos coches pueden ser bastante complicados a veces para entender completamente por qué eres rápido o no, básicamente”, explicó.
Enzo Ferrari se labró su reputación en los peligrosísimos circuitos de la preguerra. Y su equipo ha formado parte del entramado del campeonato del mundo desde la primera temporada en 1950.
A pesar de que sus coches no participaron en la primera carrera del mundial, las razones de la ausencia son la esencia del estatus de la marca, aunque Ferrari viviera en aquel momento de forma muy precaria. Si se visita el Museo de Silverstone, se puede ver la correspondencia entre Enzo y el Royal Automobile Club en la que no llegaban a un acuerdo sobre cuánto debía subvencionar el RAC los viajes de Ferrari cada vez que iba a Reino Unido.
Tal es la magia de Ferrari que mucha gente pierde la cabeza por ella, e incluso pilotos que tenían su carrera “solucionado” en otros equipos han ido a Maranello pese a que la escudería no estaba en condiciones de darles un coche ganador. Verstappen no.
“Creo que Ferrari es una marca increíble”, dijo. “Todos los pilotos, ven y se imaginan allí, ‘Me gustaría conducir para Ferrari’. Pero creo que ahí también está el error, sólo pilotar por pilotar para Ferrari”.
“Si alguna vez quiero ir, no será sólo para estar en Ferrari, será porque veo la oportunidad de ganar“.
“Y si ganas con Ferrari, aún mejor. Y ahí es donde creo que no debes dejarte guiar sólo por las emociones y la pasión de una marca, tienes que ir porque sientes que es el lugar adecuado para ir”, concluyó.
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