La Casa Real recibió en 2019 una carta inesperada por parte del Gobierno de México. En ella, el presidente Andrés Manuel López Obrador animaba al rey a pedir disculpas por los “agravios causados” durante la Conquista española del país iberoamericano, pero Felipe VI no se pronunció. Lo que entonces nadie esperaba era que, cinco años más tarde, esta tensión reviviría con la exclusión del monarca a la lista de invitados a la ceremonia de investidura de la futura presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, que ganó las elecciones federales de 2024.
Y es que España no contará con representación diplomática en la toma de posesión del 1 de octubre pese a que el presidente, Pedro Sánchez, sí estaba invitado. Así lo dio a conocer este miércoles el ministerio de Exteriores, que anunció que el Gobierno rechazaba asistir por la “inaceptable exclusión” de Felipe VI. “Si se excluye al Jefe del Estado, España no estará representada”, aseguró la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Sheinbaum ha justificado su decisión en la ausencia de una respuesta por parte del rey en 2019, que ha sido afeada por los dirigentes mexicanos. “Actuaron con mucha prepotencia […] No solo no hubo respuesta, sino que filtraron la carta y desataron toda una campaña en contra de nosotros”, manifestó este miércoles López Obrador. Del mismo modo se pronunció Sheinbaum, que lamentó que el rey no contestara a la misiva, como “hubiera correspondido a la mejor práctica diplomática de las relaciones bilaterales”.
Las acusaciones recogidas en la carta
La carta que ha vuelto a estar en el centro del debate público se enmarca dentro de la celebración de los 200 años de independencia de México. En ella, López Obrador reflexiona sobre los hechos que marcaron la historia y que, según expone, “generan encendidas polémicas en ambos lados del Océano. Así, fechada a 1 de marzo de 2019 y conformada por cuatro páginas, la misiva recoge las demandas de ante lo que considera una Conquista realizada “mediante innumerables crímenes” por parte de la España del siglo XVI.
En primer lugar, el presidente recrimina a España la “incursión” de Hernán Cortés y sus aliados, haciendo referencia a la conquista de México-Tenochtitlan (1519–1521). Si bien admite que fue un “acontecimiento fundacional” de lo que es ahora México, denuncia que el proceder fue “violento, doloroso y transgresor”. “Comenzó como un acto personal contra las indicaciones y marcos legales del Reino de Castilla“, añade.
Asimismo, asegura que la Conquista se realizó mediante “innumerables crímenes y atropellos”, entre ellos, el encarcelamiento y asesinato de Cuauhtémoc, el último mandatario azteca, en el año 1525. “Tanto en la Conquista como en el proceso de colonización que siguió se cometieron incuantificables violaciones a las leyes entonces vigentes”, insiste en el texto López Obrador.
Por otro lado, el mandatario también acusa a España de imponer la fe católica y construir templos católicos sobre las antiguas pirámides que caracterizaban los centros ceremoniales mesoamericanos. “Tierras propiedad de los naturales fueron usurpadas y repartidas a colonizadores y órdenes religiosas, denuncia y agrega a la lista los saqueos de riquezas naturales, sobre todo la minería.
“Se implantó un ordenamiento social basado en la segregación de castas y razas, se impuso la lengua castellana y se emprendió la destrucción de las culturas mesoamericanas“, reprende López Obrador. De igual modo, el líder mexicano inculpa a España de la instauración de la esclavitud y de intentar “con grandes daños a la nación” una reconquista entre 1821 y 1854 con incursiones militares.
Las exigencias de México al rey
Además de acusaciones, la carta del Gobierno mexicano anima al rey a realizar una serie de acciones para consolidar una “reconciliación histórica”. “Me alienta el propósito de superar de forma definitiva los desencuentros, rencores, culpas y reproches que la historia ha colocado entre los pueblos de España y de México”, resume López Obrador.
“México desea que el Estado español admita su responsabilidad histórica por esas ofensas y ofrezca las disculpas o resarcimientos políticos que convengan”, recoge el texto. Para ello, exige que España asuman los delitos que se comieron en la era colonial sin “ignorar ni omitir” las ilegalidades y los crímenes que a su juicio marcaron a la población.
El Gobierno del país iberoamericano propuso al rey trabajar en la brevedad posible y de forma bilateral en una “hoja de ruta para realizar en 2021 una ceremonia conjunta al más alto nivel”. El objetivo era iniciar una “nueva etapa” apegada a los principios que orientan en la actualidad a ambas naciones.
La carta pedía, igualmente, que el reino de España expresara pública y oficialmente el “reconocimiento de los agravios causados”, así como que ambos países acordaran y redactaran un “relato compartido, público y socializado de su historia común”.
