Las Brujas de Bucha, la unidad femenina del Ejército ucraniano dedicada a derribar drones rusos

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El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, pidió el viernes al canciller alemán, Olaf Scholz, que la ayuda de los aliados se mantenga al mismo nivel para lograr la victoria frente a Rusia y una paz justa para Ucrania. Zelenski iniste en pedir más armamento para mejorar la posición de su Ejército en el campo de batalla y forzar así a Vladimir Putin a empezar una negociación en términos favorables para Kiev.

Mientras tanto, de manera lenta, la guerra continúa. El conflicto de Ucrania ha supuesto la aparición de nuevos artefactos bélicos. Destaca la llegada estelar al campo de batalla de los drones. Estos aviones en miniatura no tripulados pero teledirigidos tenían uso civil de todo tipo, pero la guerra ha demostrado su valor como armas.

Y si hay unidades dedicadas a la preparación, envío y manejo de drones contra el enemigo, las hay también para derribarlos. En el caso ucraniano destacan las Brujas de Bucha, la unidad femenina dedicada a abatir drones rusos.

Me encontré a mí misma aquí. Encontré amigos, colegas, hermanos y hermanas”

Se trata de una unidad de defensa antiaérea voluntaria formada casi exclusivamente por mujeres. Las Brujas de Bucha, como se llaman a sí mismas, son casi cien mujeres de entre 19 y 64 años que prestan servicio militar voluntario a tiempo parcial en las unidades de defensa antiaérea al noroeste de Kiev.

El efecto de la matanza rusa en Bucha

Son profesoras, médicas e incluso manicuristas, pero los turnos nocturnos les permiten compaginar ambas labores. Aseguran haber derribado tres drones desde el verano. Valentyna es veterinaria. Ahora que se alistó se hace llamar Valkiria. Es su nombre de guerra. Y eso que pesa 100 kilos: “Tengo 51 años, peso 100 kg y no sé correr. Pensé que me echarían, pero me aceptaron”, explica a la BBC.

Va vestida de camuflaje, con el pelo rubio cayéndole por debajo de una gorra de béisbol. Sujeta un fusil de asalto y un chaleco antibalas cubierto de polvo, hojas secas y agujas de pino, describe el periodista Mansur Mirovalev. Ella como tantas otras se alistó tras conocer los presuntos crímenes de guerra cometidos por las tropas rusas en Bucha al inicio de la invasión de Ucrania.

Las fuerzas rusas se hicieron con el control de esta región en lo que se conoció como la Batalla de Bucha. Ocuparon la mayor parte de la zona durante 33 días. Según funcionarios ucranianos y organismos internacionales, cientos de civiles murieron a manos de combatientes rusos, mientras que otros miles fueron violados, torturados y robados.

Cementerio de Bucha con las tumbas de personas exhumadas como NN (sin nombre)
Cementerio de Bucha con las tumbas de personas exhumadas como NN (sin nombre)
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“Mi madre está contenta de que me haya encontrado a mí misma. Y me encontré a mí misma aquí. Encontré amigos, colegas, hermanos y hermanas”, cuenta Valentyna a Al Jazeera. Tiene tres hijos y está llena de furia silenciosa.

Hay mujeres que pueden superar a cualquier hombre en el cumplimiento de los deberes militares”

Relata que en un puesto de control ruso un soldado les hizo bajar la ventanilla del coche y luego apuntó a su hijo a la cabeza. “Recuerdo la ocupación. Recuerdo el horror. Recuerdo los gritos de mi propio hijo. Recuerdo los cadáveres, cuando huíamos”, le dice a la reportera Sarah Rainsford. Su familia escapó de Bucha dejando atrás soldados y civiles muertos.

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“Es mejor participar que mirar desde un lado”, dice Natalya, una pastelera ahora ‘bruja’ guerrera. Despues de todo, la formación es también una forma de psicoterapia colectiva.

Entrenamiento, un gimnasio gratuito al aire libre

Andriy Verlaty, comandante de los voluntarios, explica que antes tenía 200 hombres trabajando en unidades móviles de defensa antiaérea en la zona de Bucha. Muchos fueron considerados incapaces de realizar el servicio militar completo, pero ahora han sido llamados a la primera línea a raíz de los cambios en las leyes ucranianas.

Por eso ahora recluta a mujeres y hombres menores de la edad de movilización. “Alrededor del 90% de mis hombres acabaron en el ejército y otro 10% se escondió… Apenas nos quedaba nadie. Sólo hombres sin piernas o a los que les faltaba medio cráneo”, explica Verlaty. Kiev no ha ofrecido datos públicos sobre el número total de unidades de voluntarios, ni sobre cuántas mujeres participan.

Antes de incorporarse a la defensa antiaérea, cada “bruja” ha tenido que someterse a semanas de entrenamiento. Las mujeres bromean diciendo que los ejercicios eran un “gimnasio gratuito al aire libre”.

Los chicos se han ido, pero nosotras estamos aquí. ¿Qué no pueden hacer las ucranianas? Podemos hacerlo todo”

“¡Quita tu culo del árbol!”, grita el comandante a una de las mujeres. Y a otra: “Te he disparado. ¡Joder, estas muerta!”. Verlaty dice que no tiene en cuenta el género. “Cuando te pones un uniforme, no eres una mujer o un hombre. Eres un defensor”, asegura a Al Jazeera. “Pero hay mujeres que pueden superar a cualquier hombre en el cumplimiento de los deberes militares… Incluso consiguen encerar sus fusiles de asalto”, explica.

“Los chicos se han ido, pero nosotras estamos aquí. ¿Qué no pueden hacer las ucranianas? Podemos hacerlo todo“, asegura Inna a la BBC. Es profesora de matemáticas y cuenta que a veces tiene que volver a toda prisa del bosque para dar clase. “Guardo mi ropa en el coche… Mis tacones. Me pinto los labios y doy la clase. Luego vuelvo al coche, me cambio a la vuelta de la esquina y me voy”, relata.

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Los medios son de otro tiempo porque las mejores armas y equipaciones de Ucrania está en la primera línea. Aquí, las ametralladoras que utilizan las Brujas de Bucha son dos Maxims fabricadas en 1939. En las cajas de munición aún se ven estampadas las estrellas rojas de la época soviética.



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