La violé, pero fue una violación involuntaria

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Uno de los 50 acusados de Aviñón (Francia) por haber agredido sexualmente de Gisèle Pelicot cuando estaba bajo el efecto de las drogas que le daba su marido, ha reconocido este jueves haber cometido una violación, pero ha dicho que fue “involuntaria” porque su intención inicial no era esa, aunque se la encontró en estado inconsciente.

Fue una violación involuntaria, pero fue culpa mía“, ha señalado Lionel R. ante el Tribunal de lo Criminal de Vaucluse, cuyo presidente, Roger Arata, lo ha puesto en varias ocasiones frente a sus propias contradicciones en el testimonio. 

Este hombre de 44 años está acusado de haber violado el 2 de diciembre de 2018 a Gisèle en su casa, donde acudió invitado por su entonces marido, Dominique, con el que entró en contacto en la plataforma de contactos coco.fr, donde el septuagenario captaba hombres para que agredieran a su mujer en su presencia. Mientras que la mayor parte de las visitas organizadas por Dominique para violar a Gisèle tenían lugar por la noche, la de Lionel R. se desarrolló a mediodía.

Según su versión, Dominique Pélicot le había contado que él y su mujer eran una pareja libertina que querían tener relaciones sexuales en trío y que una vez en el domicilio, hizo todo lo que le decía el marido, sin reflexionar, y sin pararse a pensar si realmente la mujer daba su consentimiento. El marido le había advertido de que se encontraría a su mujer dormida. 

Además, el hombre ha detallado episodios de su vida, como su problema de alcoholismo o el día en que encontró a sus hijos menores viendo pornografía por estar en estado de embriaguez. “No tengo excusa, ese día no estuve alerta porque había estado bebiendo. Fue horrible, son niños, nunca tenían que haber visto eso”, ha señalado. También ha explicado que acabó en la web de contactos donde conoció a Pélicot porque su relación no iba bien. 

Pélicot, al mando

El magistrado, por su parte, ha señalado que cuando entró en la habitación y comprobó que Gisèle estaba dormida se mostró, pese a sus alegaciones de no saber hasta entonces que ella estaba inconsciente, muy activo como lo muestran los vídeos de la escena en los que se ve que tiene una erección. Además, cuando Arata ha ido más allá y le ha preguntado si sigue manteniendo que fue una violación involuntaria, ha respondido que “no fue voluntario, en todo caso”, aunque ha reconocido que se tenía que haber marchado antes de la casa. “Tendría que haber reaccionado mucho antes“, ha agregado. 

El acusado ha insistido en que hizo lo que le decía que hiciera Dominique Pélicot: la penetró, se apartó una primera vez cuando este se lo pidió, la siguió penetrando después y cuando la víctima se movió, se volvió a apartar para evitar que se despertara en su presencia, salió de la habitación y acabó marchándose de la casa.

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Dominique Pélicot ha negado de pleno el relato de Arata y de otros acusados que afirman que era él quien llevaba la batuta y que era muy directivo. El principal acusado ha puntualizado que él solo decía lo que no había que hacer, en particular no usar violencia y no despertarla.

Su abogada, Béatrice Zavarro, ha criticado la actitud de Lionel R. y de otros acusados en su interpretación y las calificaciones que dan al delito que cometieron: “Una violación es una violación” y ha añadido que “está fuera de lugar utilizar los debates en la sala de audiencias para dar otra definición de la violación distinta de la del Código Penal francés”.

Quince acusados admiten la violación 

Lionel R., que se encuentra en libertad bajo control judicial, es uno de los quince hombres que se sientan en el banquillo que admiten haber violado a Gisèle, mientras que hay otros 34 que no reconocen haber cometido ese delito de violación agravada, que les puede conducir a una pena de 20 años de cárcel.

Para este último grupo está previsto que se proyecten los vídeos en los que aparecen manteniendo relaciones sexuales con la víctima y que guardaba Dominique Pélicot en un disco duro que le fue requisado cuando se descubrió todo, al ser detenido en septiembre de 2020 por grabar a unas mujeres bajo las faldas en un supermercado.

El objetivo de esas proyecciones, a las que ha dado su visto bueno Gisèle Pelicot, es confrontarlo con la principal prueba de la acusación y dilucidar si -como sostienen- podían no saber que la mujer no había dado su consentimiento, puesto que se encontraba bajo los efectos de los ansiolíticos que le daba su marido.

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En el caso de Lionel R., su abogado ha insistido en que no se trata de cuestionar el estatuto de víctima de Gisèle, pero sí de darse cuente de que hubo “probablemente una mala interpretación” por parte de su cliente y de otros acusados de las propuestas que les hizo el marido, y que las cosas no ocurrieron “como lo habían imaginado”.



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