La sorprendente razón por la que no debe permitirse que los niños coman delante de una pantalla

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En nuestra sociedad actual, la dinámica de hacer múltiples cosas a la vez se ha vuelto casi una norma, incluyendo el hábito de comer mientras se está frente a una pantalla. Ya sea mirando la televisión, usando el celular, la tableta o la computadora, un sorprendente 91% de los españoles reconoce ingerir alimentos durante alguna de sus comidas diarias con estos dispositivos como compañía. Si bien puede parecer una práctica inofensiva, la evidencia científica demuestra que este comportamiento puede tener consecuencias negativas, especialmente en el caso de los niños.

El Impacto en el peso y la salud de los menores

Diversos estudios han concluido que comer frente a pantallas está asociado con un mayor índice de masa corporal (IMC) en los niños. Un análisis publicado en el International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity encontró que los menores de entre 10 y 12 años que comían mientras veían la televisión presentaban un IMC más elevado en comparación con aquellos que no lo hacían. Esto se debe a varios factores, entre ellos, el hecho de que comer distraídos lleva a una ingesta inconsciente de calorías, sin que el cerebro logre procesar adecuadamente la sensación de saciedad.

Además, la exposición a la publicidad de alimentos poco saludables dirigida a los niños también juega un papel importante. Según el último informe Aladino de 2019, el 40.6% de los menores de 6 a 9 años en España tiene exceso de peso, incluyendo un 23.3% con sobrepeso y un 17.3% con obesidad. Cifras que, lamentablemente, se han visto agravadas durante la pandemia debido al mayor tiempo dedicado a las pantallas y los cambios en los hábitos alimenticios.

Comer frente a pantallas disminuye la calidad de la alimentación

No solo la cantidad de alimentos se ve afectada, sino también la calidad de la dieta de los niños que comen frente a pantallas. Un estudio de la Universidad Internacional de Cataluña (UIC) concluyó que los menores de entre 1 y 14 años que pasan más de una hora al día ante una pantalla consumen más comida chatarra y ultraprocesada.

Esto se debe, en parte, a la influencia de la publicidad, pero también a que los pequeños tienden a comer menos vegetales y más frituras cuando su atención está dispersa en los dispositivos. Incluso, el simple hecho de tener la televisión encendida mientras se come, aunque no se esté prestando atención a ella, puede hacer que la calidad de la alimentación disminuya.

Comer frente a pantallas afecta la percepción sensorial y el disfrute de los alimentos

Más allá de los impactos en la salud física, comer frente a pantallas también puede alterar la experiencia gastronómica y el disfrute de la comida. Un estudio de Maestros de Hojiblanca señala que poner la atención en los dispositivos electrónicos durante las comidas no solo disminuye la sensación de saciedad, sino que también limita la percepción de los sentidos, impidiendo que los niños puedan apreciar plenamente los aromas, sabores y texturas de los alimentos.

Esto se debe a que el cerebro se enfoca en el estímulo externo de la pantalla, en lugar de centrarse en la experiencia multisensorial de la alimentación. Como resultado, los pequeños pueden llegar a ser incapaces de recordar o percibir adecuadamente la experiencia de comer, privándolos del disfrute y la satisfacción que debería acompañar a esta actividad fundamental.

Comer en Familia: una oportunidad de conexión y aprendizaje

Los expertos coinciden en que la mejor alternativa a comer frente a pantallas es hacerlo en compañía de la familia, en un ambiente relajado y sin distracciones. Esto no solo fomenta la interacción y la comunicación entre padres e hijos, sino que también brinda la oportunidad de enseñar a los niños buenos hábitos alimenticios y de mesa.

Cuando los pequeños comen en familia, aprenden a respetar los tiempos, a saborear los alimentos con todos sus sentidos y a socializar durante la comida. Además, esta práctica tiene un impacto positivo en la calidad emocional de los niños, ya que les permite compartir sus experiencias del día, expresar cómo se sienten y disfrutar de momentos de relajación y diversión en conjunto.

Foto Freepik

Estrategias para fomentar comidas libres de pantallas

Para ayudar a los niños a alejarse del hábito de comer frente a pantallas, los expertos sugieren una serie de estrategias:

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Involucrar a los niños en los preparativos de la comida

Permitir que los pequeños participen en tareas como poner la mesa, servir el agua o colocar el pan, no solo les enseñará habilidades prácticas, sino que también les hará sentir más partícipes y comprometidos con el momento de la comida.

Fomentar la comunicación y la interacción

Durante las comidas, dedicar tiempo a conversar sobre temas de interés de los niños, explicarles los métodos de cocción de los alimentos o simplemente compartir risas y anécdotas, creará un ambiente agradable que los incentivará a disfrutar de ese momento.

Presentar los platos de manera atractiva

Una presentación cuidadosa y visualmente atractiva de los alimentos despertará el interés de los niños, quienes dedicarán más tiempo a admirar y disfrutar de lo que tienen en el plato.

Ser un modelo a seguir

Los padres deben dar el ejemplo, evitando el uso de dispositivos móviles durante las comidas y mostrando buenos hábitos alimenticios, como consumir ensaladas, verduras y legumbres.

Planificar menús y organizar las compras

Dedicar tiempo a planificar los menús semanales y organizar las compras ayudará a evitar recurrir a opciones rápidas y poco saludables, fomentando una alimentación más variada y equilibrada.

Descubrir nuevos sabores y aromas

Una estrategia adicional sugerida por los expertos es involucrar a los niños en un proceso de descubrimiento sensorial de los alimentos. Sentarse con ellos y guiarlos para que identifiquen sabores, aromas y texturas, no solo les ayudará a apreciar una mayor variedad de sabores, sino que también preparará su cerebro para disfrutar de una dieta más diversa y saludable.

¿Cómo lidiar con niños «Enganchados» a las pantallas?

Para aquellos casos en los que los niños ya han desarrollado un hábito fuerte de comer frente a pantallas, los expertos recomiendan una aproximación gradual y paciente. Algunas sugerencias incluyen:

  • Explicar los beneficios de evitar comer frente a dispositivos, adaptando el mensaje a la edad y el nivel de comprensión del niño.
  • Realizar cambios en el contenido que consumen, reemplazando por programas o juegos menos atractivos o entretenidos.
  • Dejar el dispositivo encendido solo hasta justo antes de la comida, y apagarlo nada más terminar, de modo que vayan aprendiendo a separar ambas actividades.
  • Proponer juegos familiares o actividades que los mantengan alejados de las pantallas durante las horas de las comidas.

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Dany Levito
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