REDACCIÓN- Las semillas de uva, comúnmente desechadas en la alimentación diaria, poseen un perfil nutricional destacado que, según varios estudios científicos, incluye propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y cardioprotectoras.
Investigadores han encontrado que estas semillas contienen antioxidantes, como los polifenoles y las proantocianidinas, capaces de reducir el daño celular y proteger al organismo de enfermedades crónicas. Además, el aceite derivado de las semillas ha ganado terreno en la industria cosmética, integrándose en productos destinados a mantener la piel hidratada y retrasar el envejecimiento.
En la industria de la nutrición y la cosmética, el uso de las semillas de uva ha ido en aumento gracias a sus beneficios comprobados. Estudios realizados por el Centro Nacional de Biotecnología en España destacan que, al ser una fuente rica en antioxidantes y ácidos grasos esenciales, estas semillas no solo ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, sino también a reforzar el sistema inmunológico y combatir el envejecimiento prematuro. Estas propiedades han llevado a que su consumo se promueva en distintas preparaciones, desde su uso directo en la alimentación hasta su inclusión en fórmulas cosméticas.
El aceite de semillas de uva, especialmente valorado por su alto contenido en antioxidantes, se usa ampliamente en cosméticos antiedad y en aplicaciones culinarias, como aliños y aderezos.
La Universidad de California, Los Ángeles, indica que los compuestos activos en estas semillas ayudan a mantener la elasticidad de la piel y mejorar la salud cardiovascular. Debido a su potencial antioxidante, antiinflamatorio e inmunológico, las semillas de uva se han posicionado como un recurso integral en el cuidado de la salud y el bienestar, adaptándose tanto a la alimentación como al uso tópico.