La razón por la que deberías lavar los aguacates, plátanos y melones antes de comerlos

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La vida cotidiana está llena de hábitos que damos por sentados,
y lavar ciertas frutas no suele estar en la lista. Sin embargo,
aguacates, bananos y melones esconden una verdad
que no muchos conocen: sus cáscaras no son tan inofensivas como
parecen. A continuación te contaremos por qué es importante
lavarlas antes de consumirlas, incluso si no te comes la piel.

El problema de
las superficies contaminadas

Aunque muchas personas creen que la cáscara de estas frutas
funciona como una barrera protectora, esto no siempre es cierto.
Las cáscaras rugosas de los aguacates o el exterior ceroso
de los melones
pueden acumular suciedad, bacterias y
sustancias químicas durante su viaje desde las granjas hasta tu
cocina. Además, cuando cortas la fruta, las bacterias en la piel
tienen la posibilidad de transferirse al interior, contaminando la
pulpa.

Incluso los bananos, que suelen ser pelados, no están exentos de
riesgo. Sus cáscaras pueden transportar residuos de pesticidas o
gérmenes que terminen en tus manos o en la fruta misma mientras la
sostienes para comer.

¿Qué pueden
contener estas cáscaras?

Las cáscaras pueden ser portadoras de varios tipos de
contaminantes. Entre los más comunes están:

  • Suelos contaminados y bacterias: en las
    plantaciones, las frutas están en contacto con el ambiente y el
    suelo, que pueden contener gérmenes como la
    listeria o
    la salmonela.
  • Pesticidas y químicos: aunque no penetren la
    pulpa, los residuos químicos permanecen en la superficie.
  • Bacterias humanas: el manejo de las frutas por
    diversas personas durante su proceso de distribución añade otro
    nivel de riesgo.

Cuando consumes la fruta sin lavar su piel, aumenta la
posibilidad de ingerir estas toxinas, afectando tu salud sin
siquiera darte cuenta.

Aguacates

Los aguacates son famosos por sus propiedades saludables, pero
su cáscara rugosa es un refugio perfecto para gérmenes y
suciedad
. Debido a las irregularidades en su textura, los
contaminantes pueden quedarse atrapados en las pequeñas grietas.
Cuando cortas un aguacate, el cuchillo puede arrastrar esas
bacterias hacia la pulpa.

Además, si sueles guardar restos de aguacate sin consumir,
cualquier contaminación en la superficie podría extenderse con el
tiempo, aumentando los riesgos al volver a usar la fruta.

Bananos

El banano es una fruta que generalmente pelamos, pero eso no
significa que esté libre de riesgos. Las cáscaras pueden tener
residuos de pesticidas que terminan en tus manos al pelarlos. Si
luego tocas la fruta o tu rostro, podrías estar transfiriendo
contaminantes directamente.

Por otra parte, las cáscaras de banano pueden acumular
bacterias durante su transporte y almacenamiento
,
especialmente si han sido manipuladas por varias personas.

Melones

El melón es otro gran ejemplo de por qué lavar las frutas
(aunque no te comas la piel) es fundamental. Su corteza, al igual
que la del aguacate, tiene una textura rugosa que puede retener
partículas de tierra, bacterias y químicos. Cuando cortas el melón,
el riesgo de contaminación cruzada es casi seguro si no has lavado
previamente la piel.

Un estudio realizado por expertos en alimentos encontró que los
melones mal lavados estaban relacionados con brotes de
intoxicaciones alimentarias por salmonela y
listeria
. Esta es una prueba contundente de que no debemos
tomar este tema a la ligera.

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¿Cómo
lavar estas frutas de forma correcta?

Un buen lavado no toma mucho tiempo y puede prevenir problemas
de salud. Aquí te dejamos algunos consejos sencillos:

Foto Freepik

Usa agua corriente: no necesitas productos
complicados; el agua es suficiente para arrastrar suciedad y
bacterias. Asegúrate de frotar con las manos o usar un cepillo
suave para los aguacates y melones.

Evita jabones o detergentes: estos productos no
están diseñados para alimentos y pueden dejar residuos
químicos.

Sécalos bien: una vez lavados, usa un paño
limpio para secar la fruta. Al eliminar el exceso de agua, reduces
la posibilidad de que las bacterias se multipliquen.

Limpia tus manos y utensilios: no olvides lavar
las manos y el cuchillo después de manipular la fruta.

Mitos comunes
sobre el lavado de frutas

Muchos creen que lavar frutas como los aguacates y los bananos
es innecesario porque «la piel no se come». Sin embargo, como hemos
visto, esta suposición no es válida, ya que la transferencia de
bacterias y químicos es un riesgo real, independientemente de si
consumes la cáscara o no.

Otro error común es pensar que dejar las frutas en remojo
durante horas es mejor. En realidad, basta con un buen lavado bajo
agua corriente y un cepillado suave para obtener resultados
óptimos.

Adoptar este hábito no solo protege tu salud, sino que también
es una forma sencilla de reducir riesgos innecesarios. La próxima
vez que vayas a cortar esas frutas, recuerda: un poco de agua
corriente puede ser tu mejor aliada. Tu cuerpo y tu paladar
lo agradecerán.

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Veronica Pereira
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