La presión arterial en personas mayores de 80 años: ¿es beneficioso reducirla?

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La presión arterial alta, también conocida como hipertensión, es un problema de salud común en los adultos mayores. A medida que envejecemos, nuestro sistema vascular experimenta cambios, lo que puede resultar en un aumento de la presión arterial. Aunque la presión arterial alta a menudo no presenta síntomas, puede ser peligrosa y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y otras complicaciones graves.

¿Qué es la presión arterial?

La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias cuando el corazón late y bombea sangre. Se mide mediante dos números: la presión arterial sistólica y la presión arterial diastólica. La presión arterial sistólica representa la presión en las arterias cuando el corazón se contrae y bombea sangre, mientras que la presión arterial diastólica es la presión cuando el corazón se relaja y se llena de sangre.

Presión arterial baja: Una presión arterial sistólica menor a 90 o una presión arterial diastólica de menos de 60 se considera presión arterial baja o hipotensión. Los síntomas pueden incluir mareos, debilidad y desmayos.

Presión arterial normal: Para la mayoría de los adultos, una presión arterial sistólica de menos de 120 y una presión arterial diastólica de menos de 80 se considera normal.

Presión arterial elevada: Una presión arterial sistólica entre 120 y 129 con una presión arterial diastólica de menos de 80 se considera una presión arterial elevada.

Presión arterial alta: Una presión arterial sistólica de 130 o más, o una presión arterial diastólica de 80 o más, se considera presión arterial alta.

En el caso de los adultos mayores, es común tener una presión arterial sistólica de 130 o más, pero una presión arterial diastólica inferior a 80. Esto se conoce como hipertensión sistólica aislada y está relacionada con la rigidez de las arterias principales debido al envejecimiento.

Riesgos de la presión arterial alta en personas mayores

La presión arterial alta en personas mayores de 80 años puede aumentar el riesgo de diversas complicaciones de salud. Algunas de las principales son:

Enfermedades cardiovasculares: La presión arterial alta puede dañar los vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de enfermedades del corazón, como la enfermedad coronaria, el infarto de miocardio y la insuficiencia cardíaca.

Accidentes cerebrovasculares: La presión arterial alta puede dañar los vasos sanguíneos en el cerebro, lo que aumenta el riesgo de accidentes cerebrovasculares isquémicos y hemorrágicos.

Demencia vascular: La presión arterial alta puede afectar la circulación sanguínea en el cerebro y contribuir al desarrollo de demencia vascular, un tipo de demencia causada por problemas en los vasos sanguíneos cerebrales.

Problemas renales: La presión arterial alta puede dañar los vasos sanguíneos en los riñones, lo que puede llevar a enfermedades renales crónicas e insuficiencia renal.

Problemas oculares: La hipertensión no controlada puede afectar los vasos sanguíneos en los ojos y provocar problemas de visión, como retinopatía hipertensiva.

Control de la presión arterial en personas mayores de 80 años

El control de la presión arterial en personas mayores de 80 años es fundamental para prevenir complicaciones graves de salud. Si bien existe cierta controversia sobre el objetivo óptimo de presión arterial en esta población, la mayoría de las guías recomiendan mantener la presión arterial sistólica por debajo de 130 mmHg.

Es importante tener en cuenta que el tratamiento de la presión arterial alta en personas mayores puede ser más complejo debido a la presencia de otras enfermedades y al uso de múltiples medicamentos. Por lo tanto, es fundamental trabajar en estrecha colaboración con un médico para desarrollar un plan de tratamiento personalizado.

Beneficios de reducir la presión arterial en personas mayores de 80 años

Reducir la presión arterial en personas mayores de 80 años puede proporcionar una serie de beneficios para la salud. Algunos de ellos incluyen:

Reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares: Mantener la presión arterial bajo control puede ayudar a prevenir enfermedades cardíacas, como la enfermedad coronaria y el infarto de miocardio.

Disminución del riesgo de accidentes cerebrovasculares: Mantener una presión arterial saludable puede reducir el riesgo de accidentes cerebrovasculares isquémicos y hemorrágicos.

Mejora de la función renal: Controlar la presión arterial puede ayudar a prevenir el daño a los riñones y reducir el riesgo de enfermedades renales crónicas.

Protección de la salud ocular: Mantener una presión arterial saludable puede ayudar a prevenir problemas oculares relacionados con la hipertensión, como la retinopatía hipertensiva.

Consideraciones especiales en personas mayores de 80 años

Aunque reducir la presión arterial en personas mayores de 80 años puede proporcionar beneficios para la salud, también es importante tener en cuenta algunas consideraciones especiales:

Comorbilidades y medicamentos: Las personas mayores suelen tener otras enfermedades y tomar múltiples medicamentos, lo que puede afectar el tratamiento y el control de la presión arterial. Es esencial trabajar en estrecha colaboración con un médico para desarrollar un plan de tratamiento adecuado.

Función cognitiva: Algunas investigaciones sugieren que reducir la presión arterial en personas mayores de 80 años puede estar asociado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender completamente esta relación.

Estilo de vida saludable: Además del tratamiento farmacológico, adoptar un estilo de vida saludable puede ayudar a controlar la presión arterial. Esto incluye mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, controlar el estrés y evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco.

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