La Policía de Nueva York ha hecho públicas las imágenes de las cámaras corporales que muestran un tiroteo en una estación de metro de Brooklyn en el que participaron cinco personas, entre ellas el sospechoso, dos transeúntes y dos agentes de policía.
El incidente comenzó como un enfrentamiento entre los agentes y Derell Mickles, de 37 años, que saltó un torniquete de la línea L el pasado domingo 15 de septiembre. Cuando los agentes intentaron intervenir, el sospechoso sacó un cuchillo y se negó a soltarlo incluso tras repetidas advertencias.
La tensa situación se intensificó en el andén, donde los agentes utilizaron pistolas Táser, que no dieron resultado, y finalmente recurrieron a disparar sus armas, alcanzando a Mickles y a dos transeúntes, un hombre de 49 años y una mujer de 26. El varón, Gregory Delpeche, sufrió importantes lesiones cerebrales. Las imágenes de las cámaras de seguridad captaron la escena y muestran a los pasajeros dispersándose presas del pánico por lo sucedido e intentando distanciarse del altercado.
El abogado de Delpeche, Nick Liakas, ha asegurado que “esta tragedia innecesaria podría haberse evitado si se hubieran implementado las medidas adecuadas para desescalar la situación”. Además, ha añadido que el herido sigue recuperándose en el hospital.
Mientras los agentes prestaban auxilio al sospechoso, un transeúnte recogió el cuchillo del suelo y abandonó el lugar con él. El jefe de patrulla de la policía de Nueva York, John Chell, describió la situación como “trágica”, afirmando que los agentes actuaron para protegerse a sí mismos y a los pasajeros del metro.
Las imágenes han reavivado el debate sobre el papel de la Policía en la lucha contra el fraude y la gestión de las crisis mentales en el transporte público. Este suceso ha provocado una protesta contra la actuación policial en la que casi 20 personas han sido arrestadas. Un familiar sostiene que la Policía fue “imprudente, mientras que el concejal neoyorquino, Chris Banks asegura que estas acciones son “arrogantes e insensibles” y que lo ocurrido fue “peligroso, irresponsable y descuidado“.
Aunque el alcalde Eric Adams defendió la actuación de los agentes, algunos funcionarios municipales y grupos de defensa criticaron el incidente como un ejemplo de uso excesivo de la fuerza policial. “Sé que la gente diría que, bueno, la Policía nunca debería disparar sus armas en un sistema de metro. El idealismo no es realismo”, comentó Adams. “Los oficiales de Policía deben estar capacitados para tomar las decisiones correctas. Cuando vi ese video vi disciplina. Vi el deseo de reducir la situación tanto como sea posible”, sentenció.