Ya lo avisó hace días en Bruselas el presidente Volodimir Zelenski y este lunes la OTAN ha confirmado la presencia de militares de Corea del Norte concretamente en la región de Kursk como apoyo a Rusia en su invasión de Ucrania. Así lo ha expresado el secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, que lo ha definido como “una escalada significativa” y una “amenaza” para la seguridad no solo de la zona euroatlántica sino también para la zona del Pacífico.
Rutte habla de “unidades militares desplegadas en la región de Kursk” y pide que “cesen” ya estas actividades en la “guerra ilegal” de Putin contra Kiev. Esta presencia de tropas norcoreanas es para Zelenski, tal como les dijo a los líderes de la UE, “un paso hacia la guerra mundial”. Ahora ha sido una delegación de los servicios de inteligencia de Corea del Sur la que ha informado a la OTAN de estos movimientos; una dinámica que también pondrá en conocimiento en las próximas horas de la Unión Europea.
En ese escenario de escalada, Zelenski quiere que todos cierren filas con Ucrania, y se lo dejó claro a sus socios. El presidente ucraniano no quiere ‘fugas’ en ese respaldo. “Solo con unidad en la UE podemos lograr avances, podemos movilizar no solo a los líderes de la Unión sino a otros líderes“, apuntó, antes de añadir que la paz duradera no depende solo de Kiev: “Es importante que esto no solo dependa de la voluntad de Rusia sino de la voluntad de nuestros socios y esto permite que el plan sea real”, defendió, llamando, por lo pronto, a un respaldo “consistente” por parte de sus aliados occidentales. Eso sí, ha dejado claro en los últimos días que no está negociando con Moscú ni tampoco una entrada en la OTAN a cambio de cesiones territoriales.
Lo que sí tiene sobre la mesa es un “plan de victoria”, que para Kiev va bastante antes que un plan para la paz, algo muy lejano dadas las dinámicas del Kremlin. Consta de cinco puntos, que puso sobre la mesa de los 27. El primero pasa por mantener fuerte la alianza con la OTAN, la cual incluya una invitación formal para que el país forme parte de la organización. El segundo tiene que ver con el apoyo militar “para presionar a Rusia” sobre el terreno, mientras que el tercero, dice el presidente ucraniano, consiste, directamente en “colocar un paquete de medidas de disuasión en territorio ucraniano para obligar a Rusia a participar en negociaciones de paz reales o permitir la destrucción de sus objetivos militares”.
El cuarto y el quinto punto son la “protección” de los recursos de Ucrania, de los cuales Moscú “se quiere apoderar” y, ya después de la guerra, “la reconstrucción” del país, para lo que será clave la ayuda económica. En ese escenario, desde el inicio de la invasión rusa, la UE y los Estados miembros han enviado ayuda por valor de 118.300 millones de euros, pero la exigencia de Zelenski pasa por un impulso al apoyo militar. En ese punto, junto con la ayuda militar proporcionada por los Estados miembros de la Unión, se calcula que el apoyo militar de la UE al ejército ucraniano asciende a un total de 43.500 millones de euros. Pero no es suficiente.