World Central Kitchen (WCK), la ONG del chef español José Andrés, ha anunciado que paraliza sus operaciones humanitarias en Gaza después de que este sábado un ataque israelí con un dron haya acabado con la vida de al menos cinco palestinos, incluidos tres trabajadores de la organización. Por su parte, el Ejército israelí ha confirmado que uno de los muertos era un miliciano de Hamás que había participado en la masacre del 7 de octubre y “trabajaba para la organización WCK”.
Según informa la ONG a través de un comunicado, un vehículo que transportaba a trabajadores de World Central Kitchen “fue alcanzado por un ataque aéreo israelí en Gaza”.
Entre los empleados muertos se encuentra el responsable de las cocinas comunitarias en el este de Jan Yunis del WCK, un conductor y el encargado de evaluación y monitoreo, detallaron fuentes locales que ubicaron el suceso en la carretera de Salah al Din, en la zona de Satar al Sharqi en el noreste de Jan Yunis.
Según Israel, entre los muertos también se encuentra Hazmi Kadih, miliciano de Hamás que participó en los ataques del 7 de octubre en el Kibutz Nir Oz, apuntan en un comunicado castrense. “El terrorista estuvo bajo vigilancia de Inteligencia durante un largo periodo y fue atacado tras recibir información fiable sobre su ubicación en tiempo real”, ha relatado el Ejército de Israel.
Sin embargo, desde World Central Kitchen han señalado que no tenían conocimiento “de que alguna de las personas que viajaban en el vehículo tuviera presuntos vínculos con el ataque de Hamás del 7 de octubre” y afirman que están trabajando para recabar más detalles sobre lo ocurrido.
Tras lo ocurrido, las Fuerzas Armadas de Israel han destacado que investigan ahora posibles vínculos del supuesto terrorista con la ONG de José Andrés, que colabora con el reparto de alimentos en la Franja de Gaza y otras zonas del mundo en conflicto.
Israel ha exigido además “a los altos funcionarios de la comunidad internacional y a la administración de WCK que aclaren el asunto y ordenen un examen urgente sobre la contratación de trabajadores que participaron en la masacre del 7 de octubre y los ataques terroristas contra el Estado de Israel”.
Las Fuerzas de Defensa de Israel han matizado también que el vehículo en el que se desplazaba el supuesto integrante de Hamás era un “vehículo civil sin distintivos” y que su movimiento por carretera en la Franja de Gaza “no estaba coordinado para el transporte de ayuda”.
Segundo ataque contra la ONG en Gaza
El pasado 2 de abril, otros siete trabajadores del WCK murieron en un triple ataque israelí contra su convoy humanitario cuando abandonaban un almacén en Deir al Balah, centro de Gaza, pese a haber coordinado sus movimientos con el Ejército israelí.
Tres días más tarde, el Ejército dijo que se trató de un “error” al creer que en el vehículo viajaban dos milicianos armados de Hamás. Murieron el palestino Saifeddin Ayad Abutaha, la australiana Lalzawmi Frankcom, el polaco Damian Soból, el canadiense-estadounidense Jacob Flickinger y los británicos John Chapman, James Henderson y James Kirby.
Aunque iba perfectamente identificada, la caravana recibió el impacto de tres misiles disparados por un dron, lo que fue “una grave violación de las órdenes y de los procedimientos operativos estándar de las Fuerzas de Defensa de Israel”, concluyó la investigación militar, que cesó a los responsables.