
Por José Manuel Jerez
La política dominicana vive un proceso de transformación acelerada. Los partidos que no logren conectar con las nuevas generaciones corren el riesgo de quedar atrapados en el pasado. En ese contexto, la Fuerza del Pueblo ha sabido leer los tiempos, apostando no solo a la experiencia de Leonel Fernández, sino también a la emergencia de un liderazgo joven que hoy encarna Omar Fernández.
Con apenas 34 años, Omar Fernández se ha convertido en el político más exitoso de la última década. En su primer intento alcanzó una curul en la Cámara de Diputados, y en su primera participación como candidato al Senado logró imponerse en la capital del país, uno de los espacios de mayor competitividad electoral. Ese recorrido meteórico no es fruto de la casualidad, sino de una conexión genuina con la gente, un estilo fresco y una capacidad de escuchar que lo distinguen de la política tradicional.
El fenómeno Omar Fernández responde a una demanda de la sociedad: rostros nuevos, ideas claras y compromiso con el futuro. Sin embargo, lo que hace aún más valioso su liderazgo es que no surge aislado, sino acompañado del aval y la guía de un estadista como Leonel Fernández. Esa dualidad, experiencia y juventud, convierte a la Fuerza del Pueblo en la única organización política con un proyecto integral de presente y futuro.
Los jóvenes dominicanos hoy no solo quieren participar en política, quieren incidir en la toma de decisiones. Omar Fernández representa esa posibilidad real de influencia, sin abandonar los principios que sostienen el proyecto de Fuerza del Pueblo. Su liderazgo abre puertas a una nueva generación que aspira a construir un país más justo, moderno e inclusivo.
En la Fuerza del Pueblo se está dando un relevo responsable y visionario: Leonel Fernández asegura la estabilidad y la dirección estratégica, mientras Omar Fernández encarna la esperanza de un país que busca renovación. Esa combinación, pocas veces vista en la historia política dominicana, es la mayor fortaleza del partido y la garantía de un futuro prometedor para la República Dominicana.


