La Niña ha regresado: posibles efectos y pronósticos para el invierno en EE.UU.

0
216


“La Niña”, el lado más fresco y a veces más costoso de “El Niño”, ha regresado para influir en el clima global, aunque de manera más leve que en años anteriores, según informaron este jueves meteorólogos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).

El fenómeno climático, que forma parte del ciclo natural conocido como “El Niño-Oscilación del Sur” (ENOS), se desarrolla en el océano Pacífico ecuatorial y provoca variaciones significativas en los patrones de temperatura y lluvia en todo el mundo. Mientras “El Niño” se caracteriza por el calentamiento inusual de las aguas del Pacífico, “La Niña” corresponde a un enfriamiento anómalo, y ambos eventos pueden generar sequías, inundaciones y otros impactos extremos.

De acuerdo con los expertos, esta nueva fase de “La Niña” podría mantenerse durante los próximos meses, pero sería demasiado débil para causar los efectos severos que se observaron en el pasado. “Hay una probabilidad de 3 de 4 de que se mantenga como un evento débil”, explicó a la agencia AP Michelle L’Heureux, científica principal del equipo de la NOAA que estudia el fenómeno. “Un evento más débil tiende a ejercer menos influencia en la circulación global, por lo que es posible que haya sorpresas por delante”, añadió.

Un fenómeno natural con impacto mundial

“El Niño” y “La Niña” son las 2 caras de una misma moneda climática. La fase fría, “La Niña”, se produce cuando la temperatura de las aguas superficiales del Pacífico central y oriental desciende al menos 0.9°F (-17.2°C) respecto a lo normal. Esta diferencia puede alterar la dirección de los vientos y los patrones de precipitación en varias regiones del planeta.

La NOAA confirmó que las condiciones de “La Niña” ya están presentes. Aunque no se espera un episodio intenso, el organismo prevé que persista durante el invierno boreal. Sin embargo, las proyecciones actuales indican una baja probabilidad de que provoque los efectos invernales habituales, como intensas tormentas de nieve en el norte de Estados Unidos o sequías marcadas en el sur.

Este anuncio también disipa los temores de que se repita un episodio prolongado como el registrado entre 2020 y 2023, conocido como “triple dip”, ya que duró 3 inviernos consecutivos y fue el primero de ese tipo en el siglo XXI. Aquel evento provocó sequías severas en algunos países y lluvias torrenciales en otros, dejando millones en pérdidas agrícolas y daños a la infraestructura.

“La Niña” no provocará este invierno severas tormentas de nieve. (Foto: Kathy Willens/AP)

¿Cómo afectará esta “Niña” a EE.UU.?

Históricamente, durante “La Niña”, el norte de EE.UU. experimenta más precipitaciones, incluyendo posibles tormentas de nieve, mientras que el sur suele enfrentar inviernos más secos. Sin embargo, los meteorólogos advierten que este año podría ser diferente debido a la debilidad del fenómeno.

Brian Tang, experto en huracanes de la Universidad de Albany, explicó que “La Niña” tiende a debilitar la cizalladura del viento, una condición que favorece la formación de huracanes más fuertes en el Atlántico. “Suele impulsar más tormentas, especialmente hacia finales de octubre y principios de noviembre en el Caribe”, indicó.

Aun así, no todos los especialistas esperan un aumento significativo de la actividad ciclónica. Brian McNoldy, investigador de la Universidad de Miami, aseguró que esta “Niña” “es demasiado tardía y demasiado pequeña para hacer mucho”. Por su parte, Phil Klotzbach, experto de la Universidad Estatal de Colorado, señaló que los modelos a largo plazo “no muestran mucho formándose para las próximas semanas”.

Costos económicos: cuando el clima impacta al bolsillo

Más allá de sus consecuencias meteorológicas, “La Niña” también puede tener repercusiones económicas. Un estudio de 1999 estimó que la sequía causada por este fenómeno costó a la agricultura estadounidense entre $2,200 millones de dólares y $6,500 millones, comparado con los $1,500 millones que generó “El Niño” en pérdidas.

Te podría interesar:

“Una ‘Niña’ fría no siempre es más costosa, pero a menudo lo es”, explicó Azhar Ehsan, científico investigador y director de pronósticos de “El Niño/La Niña” en la Universidad de Columbia. Esto se debe a que el enfriamiento del Pacífico altera los patrones de lluvia, afectando los cultivos, los precios de los alimentos y el suministro de agua en distintas regiones.

Consecuencias globales de “La Niña”

Los efectos del fenómeno no se limitan a EE.UU. Según los modelos meteorológicos, este año “La Niña” podría traer lluvias más intensas a Indonesia, Filipinas, partes de Australia, Centroamérica, el norte de Sudamérica y el sureste de África. Estas precipitaciones pueden beneficiar a las cosechas en algunas zonas, pero también provocar inundaciones en regiones vulnerables.

En contraste, se prevén condiciones más secas en el Medio Oriente, el este de Argentina, el este de China, Corea y el sur de Japón. Estas áreas podrían enfrentar sequías que impacten en la producción agrícola y el suministro de agua potable.

Un invierno menos extremo, pero vigilado

Aunque los expertos coinciden en que esta “Niña” será débil y de corta duración, subrayan que el monitoreo constante es esencial. Los fenómenos climáticos del Pacífico pueden cambiar rápidamente y tener repercusiones globales imprevistas.

“Esta vez no esperamos una ‘Niña’ fuerte, pero los patrones atmosféricos pueden sorprendernos”, advirtió L’Heureux. “Lo importante es estar preparados para los cambios y entender que incluso un evento débil puede tener efectos regionales”.

Por ahora, el planeta se enfrenta a una versión más moderada del fenómeno, pero su evolución en los próximos meses podría definir el rumbo del clima durante el invierno y la primera mitad de 2026.

Sigue leyendo:

* Nor’easter se aproxima: alertas de tormenta en el área triestatal para el fin de semana
* Invierno 2025-2026 en NYC: menos nieve y temperaturas más cálidas de lo habitual
* Invierno 2025-2026 en Nueva York: frío intenso, nevadas anticipadas y tormentas, según el Farmers’ Almanac



Source link