Gisèle Pélicot, la mujer que durante nueve años fue drogada por su marido, que la ofreció a más de 70 violadores, habría sufrido más de 285 agresiones sexuales al año entre 2011 y 2020, la mayoría de ellas de su esposo Dominique, según ha avanzado el diario ABC.
Así lo ha confirmado este miércoles Jérémie Bosse Platiére, comisario en jefe de la Policía Judicial de Aviñón, que ha declarado como jefe de la investigación ante el Tribunal de lo Criminal de Vaucluse en el proceso que comenzó el lunes contra Dominique Pélicot y otros 50 acusados.
El comisario ha detallado así, según apuntan medios franceses como TV5Monde, los nueve años de infierno en los que el acusado, que se enfrenta a 20 años de cárcel por violación agravada entre otros cargos, hizo lo que quiso con su esposa sin que esta fuera consciente, llegándola a ofrecer a decenas de violadores, los cuales se ha tardado hasta dos años en identificar.
Para esa identificación, los investigadores analizaron las facturas telefónicas o incluso llegaron a utilizar software de reconocimiento facial con los más de 20.000 archivos (imágenes y vídeos) que fueron encontrados en el ordenador y dispositivos de Pélicot, una larga tarea que les llevó a dar con 72 de los agresores (50 de ellos están siendo juzgados en el proceso).
Chris, el bombero; David, el negro…
Además, Bosse ha confirmado que, durante las grabaciones de las violaciones, muchas de ellas con violencia, “la señora Pélicot no aparece consciente nunca, ni muestra ningún gesto“. “No recuerdo ni una sola palabra, a veces escuchamos gemidos, ronquidos… pero no se oyen palabras comprensibles. Otras tiene reacciones a los movimientos mientras duerme, reacciones a las acciones cometidas…”, ha especificado.
Durante su declaración, el jefe de la Policía Judicial también ha puesto de manifiesto que Pélicot tenía una carpeta principal con otras subcarpetas por cada cliente que violaba a su esposa, entre ellos había nombres como Chris, el bombero; Quentin; Gaston o David, el negro.
El comisario, además, ha dado detalles sobre el proceso que seguía el principal encausado para contactar con todas las personas que violaron a su mujer, detallando que los reclutaba en una web de citas y finalmente cerraba el trato por Skype. Y aunque en un principio se ha había hablado de que no obtenía beneficio económico por estas brutales acciones, lo cierto es que Bosse ha confirmado que cobraba a estos violadores en la puerta de su casa antes de darles indicaciones detalladas para las violaciones, como por ejemplo, desnudarse en la cocina o susurrar.
En la sesión de este jueves del macrojuicio, será el turno de la declaración de Gisèle, que no recuerda nada de las agresiones por estar, como dijo el juez, “casi en coma” tras ser drogada por su marido, algo que no ha evitado que sufra hasta cuatro enfermedades de transmisión sexual y trastorno de estrés postraumático.
