Mercedes ya suministra actualmente motores a tres equipos clientes, aunque en 2026 habrá un cambio: Alpine ocupará el lugar de Aston Martin, ya que este último equipo pasará a utilizar propulsores Honda. Dado que Mercedes también necesita motores para su propio equipo, deberá proveer de unidades de potencia a ocho monoplazas de F1, mientras que Ferrari contará con seis y Red Bull Powertrains-Ford con cuatro.
Según el director de ingeniería de pista, Andrew Shovlin, la cantidad de equipos clientes supone un reto para Mercedes. “Construir un banco de motores para tantos equipos es, sin duda, un enorme esfuerzo y tienes que empezar mucho antes”, explicó Shovlin a Motorsport.com, entre otros medios.
“Pero el modelo de Mercedes como proveedor de motores en la Fórmula 1 siempre ha estado enfocado en suministrar a varios equipos, porque económicamente tiene sentido fabricar más de un motor”.
Shovlin aclara que el desarrollo de las unidades de potencia es la mayor partida de costes, pero también deja un importante retorno. “Existen grandes oportunidades de aprendizaje”, señaló sobre el aspecto positivo de suministrar tantos motores. “Si pensamos en 2014, teníamos una ventaja de rendimiento considerable, pero podías utilizar a tus clientes para aprender más sobre el motor”, recordó.
“Les dejábamos hacer más kilómetros en pista que nosotros con nuestros propios coches, pero éramos lo bastante rápidos como para quedarnos en el garaje y aún así saber que lucharíamos por la pole position. La gran ventaja es que tienes muchos coches en pista, se acumulan muchos kilómetros con los motores y se detectan los fallos más rápido. Pero, como ya dije, ese ha sido siempre el modelo de Mercedes en la Fórmula 1”.
La ventaja respecto a proveedores como Honda y Audi es grande. Mientras Mercedes tendrá que suministrar ocho motores, Honda se limitará únicamente a Aston Martin y Audi solo dará servicio a su propio equipo oficial. El recién llegado Cadillac utilizará inicialmente motores Ferrari, aunque planea ser autosuficiente antes de 2030, lo que a medio plazo también reducirá la capacidad de los italianos para recopilar datos.