La madre del joven Joshua Omar Fernández, conocida como Bertica Decena o ‘Dorka’, encuentra cierto alivio en la sentencia emitida por el Segundo Tribunal Colegiado contra los responsables del crimen de sangre en el que terminó sin vida su hijo.
Sin embargo, el dolor de su ausencia sigue palpitando en su hogar y en toda la comunidad donde creció. Ya han transcurrido más de doce meses desde que Dorka perdió a su hijo menor, una pérdida que ha dejado una profunda marca en su vida y en la de su familia.
La tristeza se ha vuelto una compañera constante, impregnando cada rincón de la casa donde Joshua solía vivir y crecer. Las paredes guardan los recuerdos de su hijo, de sus años de aprendizaje y de sus sueños por cumplir.
El joven Joshua perdió la vida el pasado 16 de abril, cuando decidió adentrarse en el ambiente de una discoteca por primera vez en su vida, sin imaginar que sería su último acto de diversión.
Su muerte conmocionó a toda una nación y, un año después, el tribunal emitió sentencias para los responsables del atraco que le costó la vida. En este caso, las medidas de coerción fueron:
Wesly Vincent Carmona, alias “El Dotolcito”, recibió una condena de 15 años de prisión, mientras que Allyson de Jesús Pérez Mejía, conocido como “Chiquito”, fue sentenciado a 30 años, y Luis Alberto “Luisito” Brito a 20 años tras las rejas.
Aunque Dorka está de acuerdo con la sentencia, algunos vecinos esperaban castigos más severos para al menos dos de los acusados.
Dice que la rutina de los días y las noches se mezclan de dolor y angustia. La falta de sueño y el peso del duelo le han llevado a perder más de 40 libras en el último año.
Pero ese no es el único dolor que ha enfrentado la madre desde entonces, sino que además, perdió a su esposo apenas ocho meses antes de que su hijo Joshua también resultara muerto.
Joshua había quedado como la cabeza de la familia, y ahora esta madre ha quedado sola, sin una figura masculina que la represente, enfrentando así una doble tragedia. En el barrio de Pantoja, donde Joshua creció, su presencia sigue viva en los recuerdos de quienes le conocieron como un joven tranquilo, afectuoso y con grandes aspiraciones de convertirse en ingeniero.
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