El título de pilotos de la temporada 2025 de la Fórmula 1 parece que se alargará hasta la última carrera, pero la sensación en cuanto al duelo entre Oscar Piastri y Lando Norris no ha estado a la altura.
McLaren ha intentado que la competición sea lo más justa posible entre sus dos pilotos y tanto Piastri como Norris han obedecido a esa filosofía, incluso cuando se han presentado oportunidades para aprovecharla.
¿Ha hecho esta filosofía que la pelea por el campeonato de este año sea aburrida?
A primera vista no es interesante, pero la rareza de la situación lo hace fascinante – Filip Cleeren
A primera vista, la respuesta es sí. Hasta ahora, el enfoque de Norris y Piastri de dar prioridad al equipo ha estado quitándole emoción a la primera lucha por el título propiamente dicha desde 2021, con la insistencia de McLaren en la imparcialidad que ha frustrando a los aficionados que quieren ver una batalla por el título sin cuartel o a aquellos que ansían drama para condimentar lo que ha sido una temporada dominada por un solo equipo.
La reacción negativa a su duro intercambio de posiciones en Monza es un buen ejemplo. No es que esté deseando que se eliminen uno a otro, pero me gustan las historias intrigantes y, quizá, esta armonía acabará descarrilando.
Dicho esto, toda esta situación me parece fascinante por su rareza. Se supone que las peleas por el título no son así. Estamos acostumbrados a Ayrton Senna y Alain Prost, Sebastian Vettel y Mark Webber, Lewis Hamilton y Nico Rosberg. La forma en que Norris y Piastri están enfocando lo que podría ser una oportunidad única de ganar el mundial, y cómo los jefes de equipo Zak Brown y Andrea Stella están gestionando la situación, no tiene prácticamente precedentes en la era moderna. El discurso de Piastri después de Monza lo dijo todo, explicando que él y Norris tienen toda la intención de luchar por títulos con McLaren durante muchos años, por lo que se sienten moralmente obligados a proteger a los miembros del equipo que les han brindado esta oportunidad.
Oscar Piastri, McLaren
Foto: Mark Thompson – Getty Images
Los pilotos de McLaren se hacen los simpáticos hasta que llega el momento de no serlo (como ahora) – Stuart Codling
Los cinéfilos veneran con razón el monólogo seminal, aunque amanerado, de Alex Baldwin “siempre hay que cerrar” en Glengarry Glen Ross. Pero, de alguna manera, creo que “el segundo premio es un juego de cuchillos… el tercer premio es que estás despedido” no es exactamente el tipo de tono y contenido que se puede encontrar en una charla entre bastidores del director del equipo McLaren, Andrea Stella.
No, yo veo a Stella más como Patrick Swayze en el clásico de culto Road House, diciendo impasible pero firmemente a su variopinta colección de porteros de discoteca: “Sed amables hasta que llegue el momento de no serlo”.
Este monólogo se pronuncia con una claridad perfecta, no hay duda de quién tiene la autoridad.
“Bueno”, se atreve a decir uno de los desventurados empleados, “¿cómo sabremos cuándo es eso?”.
“No lo sabréis”, responde con firmeza. “Yo os avisaré”.
Me atrevería a aventurar que nos estamos acercando a ese momento, a pesar de la victoria de Max Verstappen en el Gran Premio de Italia. McLaren tiene prácticamente el título de constructores en el bolsillo. Uno de sus pilotos seguramente se llevará el otro trofeo en Abu Dhabi, a menos que se eliminen mutuamente en cada carrera hasta entonces.
Cosas más raras han pasado, se podría decir, pero la mano muerta de ser amable ha bajado las apuestas en esta supuesta lucha por el título. Ni siquiera es una lucha, es una lucha dirigida y orquestada.
Así que ha llegado el momento de no ser amable. Es la hora de “sacar la basura”…
Lando Norris, McLaren, Oscar Piastri, McLaren, Zak Brown, McLaren
Foto: Mark Sutton / Fórmula 1 vía Getty Images
Se está cocinando a fuego lento, pero McLaren está a un punto de ebullición – Haydn Cobb
Hay que dar crédito a McLaren por intentar mantener la igualdad entre Piastri y Norris a medida que aumenta la presión. También hay que reconocer el mérito de los pilotos por aceptar esa filosofía y evitar la confrontación directa, incluso cuando podría haber habido momentos complicados.
Hay que reconocer que es un poco refrescante ver que en una gran competición deportiva no se recurre a las artes oscuras, las tácticas sarcásticas o las malas palabras, pero al mismo tiempo resulta extraño. Tal vez me he acostumbrado demasiado a la guerra sin cuartel y a los amigos convertidos en enemigos cuando se trata de batallas por el título de la F1; esas son las que destacan en la historia por las razones correctas e incorrectas. Verstappen contra Hamilton, Prost contra Senna, ya sabes.
La lucha por el título de esta temporada no ha sido un clásico y ha evitado las polémicas internas a pesar de haber tenido oportunidades para ello – Norris chocando contra Piastri en Canadá, dolores de cabeza de estrategia en Hungría, órdenes de equipo en Italia -.
Pero da la sensación de que siempre hay algo a punto de estallar.
McLaren está haciendo todo lo posible para apaciguar y calmar a sus dos pilotos, sabiendo que a largo plazo tienen a su mejor pareja de pilotos, por lo que no puede simplemente dejar que estalle una guerra una vez que se hayan hecho con el título de constructores. La pregunta clave es: ¿cuánto tiempo puede durar? Y si se rompe la armonía, ¿volveremos a los viejos tiempos?
Nelson Piquet, Williams FW11B Honda, adelanta a Nigel Mansell, Williams FW11B
Foto: Motorsport Images
La lucha por el título carece de la emoción de los clásicos – Ed Hardy
¿Qué quieres de una lucha por el campeonato de F1? Para mí, debería haber muchas carreras rueda a rueda, momentos de tensión, pasión a raudales e incluso algún momento de drama fuera de la pista.
Esto ha ocurrido muchas veces: 1987 es un buen ejemplo, quizás más relevante para 2025, ya que fue entre compañeros de equipo, o recientemente lo sucedido en 2021.
A la gente le encanta el drama, la pasión, es por eso que el deporte en director puede ser tan importante, sin embargo, 2025 carece de eso.
Basta con mirar a Monza: Piastri ayudó a Norris con un rebufo en la clasificación, antes de sucumbir a las órdenes de equipo una vez más en la carrera. ¿Habrían hecho lo mismo Nelson Piquet o Nigel Mansell en 1987 si Williams les hubiera dado instrucciones? Desde luego que no, y no es un insulto a Piastri, ya que Norris habría hecho lo mismo.
Así que contrarresto el punto de Haydn de que es “refrescante” ver que no se utilizan las artes oscuras. Para mí, sobrepasar los límites de lo aceptable, pero sin salirse de ellos, debería ser algo normal, ya que demuestra que un atleta hace todo lo posible por conseguir el premio final. Ganar la batalla mental es tan importante como ganar en la pista. Tampoco veo en ninguno de los dos pilotos de McLaren el deseo de luchar un poco más sucio.
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