No es coincidencia que en este mes conmemoramos la independencia en varios de nuestros países; las fiestas arrancan con la declaración de independencia que celebramos este 4 de julio aquí en los Estados Unidos, la tierra donde buscamos el cambio de rumbo y nuevo futuro, lejos de los males como la inseguridad que creíamos olvidadas.
En las fiestas patrias sigue Venezuela pues fue el 5 de julio de 1811 cuando se firmó su acta de independencia; en Argentina, el 9 de julio de 1816, en San Miguel de Tucumán el Congreso General Constituyente plasmó las firmas en el acta de Independencia.
Si seguimos en orden de días, el 15 de julio de 1821, en Perú, el general José de San Martín, proclamaba la liberación con la firma del acta independentista, pero mucho antes, Colombia, el 20 de julio, del séptimo mes del año 1810 ingresó a los países independentistas, al adoptar esa fecha como día simbólico y se convirtió en el día del primer hito de independencia de la Nueva Granada.
¿Qué cómo pasó? Es bien fácil de responder, estas naciones estaban influenciadas con las ideas libertarias de la Ilustración, la revolución francesa y obviamente la independencia estadounidense.
El asunto es que aquí en Estados Unidos comenzamos a vivir la angustia de volver a la inseguridad que se siente adentro de los hogares, el sistema de transporte o en las calles, por las agresiones y robos que cada día dejan más víctimas, especialmente desde que empezaron los cambios que amarraron las manos de la policía, porque los ladronzuelos y delincuentes comunes saben que nada les pasa, porques los pobres patrulleros en las calles tendrán que volver a perseguirlos, porque la ley los deja libres, sin importar cuántas veces sean pillados cometiendo delitos, eso hay que analizarlo desde el legislativo y devolver las leyes a su justa proporción.
Y para que no retrocedamos en la seguridad con el retorno de la corrupción que nos sacó de nuestros países, defendamos la justicia, apoyemos las normas que nos sirven a todos y sobre todo fijémonos bien, a quién queremos en los puestos de mando, ahora que se acercan las elecciones presidenciales, con renovación de curules en el Congreso de la nación el próximo 5 de noviembre.
¡Recordemos cuánto costaron esos gritos de independencias que celebramos hace más de 200 años!, pensemos si esos sacrificios de sangre, sudor y lágrimas se van a perder, porque las generaciones que les siguieron no defendimos esos principios. Pues todos tenemos un papel en la democracia y como votantes, nuestro deber es saber a quién elegimos por la defensa de la libertad e independencia que ya ganamos.
Como autora, Sofía Villa escribe esta columna a título personal y sus opiniones no representan a Televisa-Univision donde trabaja como Manager Assignment.