Después del intenso bombardeo lanzado este viernes en los suburbios de la zona sur de Beirut, el Ejército israelí ha confirmado este sábado la muerte del líder de Hezbolá, Hasan Nasrala. El ataque se produjo, concretamente, después de que Benjamín Netanyahu, tras una semana de ofensivas, compareciera en la Asamblea General de la ONU este viernes. Tras ella, el mandatario acudió a un despacho para autorizar el bombardeo. Así lo muestra una imagen compartida por la propia oficina del primer ministro.
El ataque se perpetró, así, desde Nueva York. Recibido entre abucheos, el líder israelí acudió este viernes a la Asamblea General en la ciudad estadounidense, donde comenzó su intervención asegurando que no tenía pensado acudir a la cita porque su país “está en guerra por su supervivencia”, pero que cambió de idea debido a las “mentiras y difamaciones” que aseguraba que se habían dicho sobre Israel en el encuentro.
“Nos estamos enfrentando a enemigos salvajes que desean aniquilarnos y debemos defendernos de estos asesinos” llegó a afirmar Netanyahu haciendo referencia a Hamás y a Hezbolá. Sobre este último, además, destacó que su país no parará hasta derrotar al partido-milicia chií y que tampoco descansaría hasta que los rehenes israelíes vuelvan a sus casas. “No toleraremos que un ejército terrorista se sitúe en nuestra frontera, ni que dispare indiscriminadamente contra nuestras ciudades. Mientras Hezbolá opte por la guerra, Israel no se detendrá”, defendió.
Tras sus palabras, el primer ministro se dirigió entonces a una mesa de despacho, tal y como muestra la imagen compartida por su oficina. Allí, sentado sobre una silla y por conversación telefónica, autorizó entonces el bombardeo en Dahye, suburbio sur de Beirut e importante bastión Hezbolá, una ofensiva perpetrada después de que ya esta semana se fueran incrementando los ataques contra el Líbano.
En esta ocasión, el bombardeo ejecutado contra la sede principal de grupo chií tenía como objetivo matar precisamente al máximo líder de Hezbolá, Hasán Nasrala. Así lo confirmó la prensa hebrea este viernes según varias fuentes anónimas. El bombardeo, que derribó seis edificios, dejó seis muertos y otras 91 personas heridas según las autoridades libanesas.
Tras lo ocurrido y una noche de especulaciones en las que el líder chií no daba señales de vida, ha sido este sábado cuando las Fuerzas de Defensa israelíes han asegurado haber acabado con la vida de Hasán Nasrala, una muerte que ha sido confirmada finalmente también por el propio grupo, quienes, pese a ello, han anunciado su intención de continuar con la “yihad” contra Israel en apoyo a Palestina.
“Nasrala está ahora con Alá como gran mártir. Se suma a la caravana de mártires de Kerbala y los mártires inmortales cuya marcha ha liderado durante treinta años de victoria en victoria”, ha indicado la milicia chií libanesa en un comunicado.
“Ya no podrá aterrorizar al mundo”
Israel, por su parte, ha celebrado la muerte del máximo líder de Hezbolá. “Hasán Nasrala ya no podrá aterrorizar al mundo”, han escrito las FDI en un mensaje publicado a través de sus redes sociales. Asimismo, en un comunicado mucho más detallado, el Ejército ha confirmado tanto la muerte de Nasrala como la de otros comandantes del grupo, entre ellos, Ali Karki, comandante del Frente Sur del grupo chií.
“El ataque se llevo a cabo mientras la cadena de mando superior de Hezbolá operaba desde el cuartel general y promovía actividades terroristas contra los ciudadanos del Estado de Israel”, expresa el texto israelí.
“El mensaje es simple: cualquiera que amenace a los ciudadanos de Israel, sabremos cómo llegar a ellos: en el norte, en el sur y en lugares más lejanos”, ha expresado por su parte el jefe del Estado Mayor del Ejército, Herzi Halevi, tras confirmarse la muerte de Nasrala. Según él, el ataque había sido planeado durante mucho tiempo y ha llegado “en el momento adecuado”.
