En el día de ayer se celebró la 77ava entrega de la gala del Museo Metropolitano de New York (en sus siglas MET) para exponer la exposición de su Instituto del Traje denominada “Superfine: Tailoring Black Style” o en español “Superfino: Sastrería de Estilo Negro” que constituye la principal fuente de financiación del instituto del traje del MET para todas sus actividades.
Para la revista Vogue, la exposición de primavera de 2025 del Instituto del Traje del MET, se centra en el dandi negro y examina la importancia de la vestimenta y del estilo en la formación de las identidades negras en la diáspora atlántica. Esta es la primera exposición del Instituto del Traje desde 2003 que se centra exclusivamente en la moda masculina. La muestra se inspira en el libro de la co-curadora Mónica Miller, «Esclavos de la Moda: Dandismo Negro y el Estilismo de la Identidad Diaspórica Negra», publicado en 2009, donde establece el dandismo negro como una construcción estética y política. Para Miller, “La moda y el vestido se han utilizado en un contexto de poder y estética para la gente negra, desde los tiempos de la esclavitud hasta hoy. El dandismo ha sido utilizado por los individuos para manipular la relación entre la ropa, la identidad y el poder”, comentó.
Personalmente, cuando leí sobre el tema elegido por el instituto del traje en este año 2025 no pude sentirme más que feliz, agradecida e identificada, principalmente porque mi gran amigo Martín Polanco, fenecido en la tragedia del Jet Set, era la quintaesencia del dandy dominicano, además de que, como sabemos, era un reconocido diseñador de talla internacional.
Me regocijé, además, porque la MET gala dió un “espaldarazo al dandy” reconociendo su contenido estético y alto valor artístico, el cual siempre había sido objeto de “amor y odio” entre sus pares, precisamente por la incidencia de los esquemas raciales denostadores y disminuyentes de la creatividad y de la expresión artística negra.
Los que tuvimos el privilegio de conocer a Martín, nunca lo vimos desarreglado, desgarbado, estrujado, ajado. Su estilo era impecable, colmado de detalles y accesorios, sombreros, broches, chaquetas super entalladas e impecablemente construidas, peinados masculinos y super arreglados, zapatos en su mayoría italianos excesivamente bien construidos de estilo barroco o clásico.
Combinaba chaquetas con pantalones de distinta tela y moda, que añadían un look vanguardista e interesante al estilo clásico. Si usaba zapatos deportivos eran siempre blancos excesivamente limpios y de una sola marca, Alexander MacQueen.
Recuerdo que una vez me encontré con él en una discoteca de New York, su lugar de residencia habitual y llegó con una “military jacket”, antes de que la princesa Kate de Inglaterra ese mismo año, engalanara un evento formal con una military jacket versión femenina. Martín siempre estaba por encima de la tendencia de la moda.
Nunca llegaba temprano a una discoteca. La última fiesta de la cual fue anfitrión, -a la cual llegó muy temprano- la fiesta de Univisión en Santo Domingo, el código de vestimenta que impuso era “el fashion style”.
Qué oportuno, qué apropiado, qué justo, que después de que Martín dejara súbitamente este plano terrenal, el mundo de la moda reconociera al dandy en su mayor esplendor y valor artístico; mi gran amigo debe estar sonriendo en el cielo.
Organizada y presidida por Anna Wintour desde 1995, la Gala del Met se ha convertido en una celebración anual de la moda muy apreciada que reúne a las grandes estrellas del mundo, con el propósito de recaudar fondos para el Instituto del Traje del Museo Metropolitano de Arte. Tradicionalmente se ha programado para celebrar la inauguración de su exposición anual de moda. Año tras año, el evento recauda sumas millonarias.