La sinergia entre la maquilladora y su esposo en el ámbito empresarial ha contribuido en el éxito de su negocio
Con 12 años de experiencia en el mundo del maquillaje, Massiel Nina, junto a su esposo Juan Romero, decidió dar un paso más en su carrera al abrir un salón para abordar otros servicios demandados por sus clientes, como el cuidado de las uñas y el estilismo del cabello.
La pareja comenzó a levantar este nuevo espacio antes de la pandemia. Sin embargo, la llegada de la COVID-19 supuso un desafío inesperado. Pese a estas circunstancias, lograron abrir sus puertas el 1 de junio del 2020.
Ya la idea del salón estaba, ahora les tocaba marcar la diferencia en el mercado y más en una época de crisis que trajo consigo un cambio significativo en las rutinas de belleza de muchas personas. Massiel compartió que esta crisis la llevó a reflexionar sobre sus hábitos de cuidado capilar, así como a sus clientes.
“La pandemia nos hizo empezar a cuidarnos el cabello; dejar las extensiones y arreglarnos más en las casas. Quería ser un ejemplo en mi negocio teniendo un cabello más saludable, más natural, y no depender de unas extensiones para verme más bonita”, explicó la empresaria.
Su experiencia al emprender
A pesar de la complejidad del negocio, Massiel se expresó positivamente respecto a su experiencia. “Realmente no fue difícil, yo digo que nosotros fuimos bendecidos en ese sentido”, afirmó la cara detrás de Massiel Nina Beauty.
El mundo de la belleza, según Massiel, es un “negocio muy demandante y muy difícil, mucho más de lo que tú crees”. Sin embargo, la clave de su éxito radica en la sólida colaboración que mantiene con su esposo. Massiel destacó: “Mi esposo y yo trabajamos de la mano; él maneja los temas de finanzas y yo todos lo que tienen que ver con productos e innovación”. Este enfoque complementario ha sido fundamental para el crecimiento y la operatividad del salón.
“Creo que por eso hicimos un buen equipo y subimos muy rápido”, concluyó Massiel, reflejando su reconocimiento hacia la sinergia que han conseguido como pareja en el ámbito empresarial.
Un concepto diferente
“Mi salón no es un salón común y corriente; es un salón de procedimientos”, aseguró con confianza. A diferencia de muchos establecimientos donde la atención se centra en corte y peinado, el suyo va más allá con tratamientos avanzados. “La gente me conoce porque se realizan procedimientos como coloración, bioplastia y otros tratamientos específicos”, señaló.
“No estoy aquí solo para hacer que alguien se seque el cabello; mi objetivo es ofrecer un servicio muy especializado”. Esta dedicación a la calidad en lugar de la cantidad es parte de lo que ha forjado su reputación en el sector.
Un cambio que la llevó a desarrollar su propia línea capilar
Después de 18 años con extensiones, Massiel se las quitó. Este cambio la llevó a desarrollar su propia línea para el cuidado capilar.
La maquillista profesional dedicó un año a probar sus productos, ya que necesitaba ver resultados concretos. “Cuando ya vi los resultados, el cabello más sedoso y abundante, supe que estaba en el camino correcto”, recordó.
Añadió: “Creamos una línea que consta de seis pasos, entre ellos, acondicionador, suero de crecimiento, leave-in y Freeze Out, que hace que el cabello brille y no tenga frizz”, destacó. Así nació “Massiel Nina”, una línea diseñada para hidratar y reparar el cabello dañado, reflejando su dedicación y amor por el cuidado capilar.
Massiel tiene muchos sueños por cumplir
Massiel señaló que, aunque tiene muchos sueños, como tener un salón grande, se encuentra en un momento significativo de su vida. Actualmente está enfocada en su búsqueda de Dios. A pesar de sus aspiraciones en el ámbito profesional, Massiel también siente que su vida espiritual es una prioridad que la llena y la guía en su camino del éxito.