La contaminación del aire mata anualmente a 250.000 personas en Europa: “Las medidas son insuficientes”

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La contaminación atmosférica y sonora sigue siendo un problema en la Unión Europea, y esa toxicidad mata a unas 250.000 personas al año en el continente, según un informe publicado este miércoles por el Tribunal de Cuentas Europeo. Además, añade que la exposición a largo plazo al ruido ambiental contribuye a 48.000 nuevos casos de cardiopatías y a 12 000 muertes prematuras en Europa cada año. En este sentido, reitera el estudio que las medidas tomadas por la Comisión Europea, así como por los gobiernos nacionales, regionales y locales “son insuficientes”.

El estudio se centra en España, Polonia y Grecia, tres países en los que ha habido “avances importantes” a la vista de lo reflejado en ciudades como Barcelona, Cracovia y Atenas, pero sin datos más concretos sobre esos efectos positivos de las políticas.

“Se han producido avances positivos en la lucha contra la contaminación urbana. Sin embargo, sería un gran error dormirnos en los laureles“, afirma Klaus-Heiner Lehne, Miembro del Tribunal responsable de la auditoría. “La UE y sus Estados miembros deben darse cuenta de que los objetivos ambiciosos no pueden alcanzarse sin un esfuerzo adicional considerable”, explica.

Con todo, la Unión Europea “ha introducido normas para proteger a sus 450 millones de ciudadanos frente a la contaminación atmosférica y acústica”, asume el informe. Y es que la Comisión Europea también afirma haber movilizado 46.400 millones de euros para el período 2014-2020 y 185.500 millones de euros para el período 2021-2027, con el fin de apoyar los objetivos en materia de aire limpio. Pero eso no parece ser suficiente a ojos del estudio realizado.

No todo es negativo. Los auditores reconocen que la calidad del aire ha mejorado en el conjunto de la UE. Sin embargo, advierten de que la contaminación atmosférica, en particular la concentración de dióxido de nitrógeno (NO2) causada por automóviles y camiones, sigue siendo un problema importante. En 2022, 10 Estados miembros seguían superando el límite actual de dióxido de nitrógeno (NO2) de la UE. “Dado que las normas de calidad del aire de la UE pronto serán más estrictas, las ciudades tendrán que redoblar sus esfuerzos para cumplir las nuevas normas de la Unión si quieren acercarse a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, avisan desde el Tribunal de Cuentas Europeo.

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El ruido es el otro frente de la contaminación urbana, y a menudo se pasa por alto. Los auditores concluyen que es prácticamente imposible evaluar los avances en la reducción de este tipo de contaminación en la UE. La mayoría de los Estados miembros tienen lagunas y retrasos en el seguimiento del ruido, por lo que no puede establecerse una tendencia. Los datos sugieren que es poco probable que se cumpla el objetivo de contaminación cero para 2030 de reducir en un 30% el número de personas perjudicadas por el ruido del transporte. Las estimaciones muestran que disminuirá en un 19% en el mejor de los casos y, en el peor, podría incluso aumentar un 3% para 2030.

Las zonas de bajas emisiones, una cuestión sensible

Lo cierto es que las ciudades tienen dificultades para abordar eficazmente la contaminación atmosférica y acústica. Las razones de ello van desde una mala coordinación por parte de las autoridades hasta la dudosa eficacia de las medidas, por no mencionar la resistencia local contra ellas. Por ejemplo, las zonas verdes, en las que los peatones y los ciclistas tienen prioridad sobre los automóviles. Los auditores constataron que aportan beneficios a la población local, pero agravan la calidad del aire y los niveles de ruido en las calles circundantes. 

Del mismo modo, las zonas de bajas emisiones, que contribuyen a reducir la contaminación atmosférica y acústica, son una cuestión cada vez más sensible. Por ejemplo, los intentos de introducirlas en Barcelona y Cracovia se enfrentaron a retos jurídicos por motivos de discriminación o de restricciones a la libre circulación, lo que dio lugar a una reducción o aplazamiento de la medida.

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