La burundanga, la escopolamina o alcaloide que reduce la voluntad y ‘borra’ la memoria de las personas durante el tiempo que duran sus efectos, es una droga que navega a sus anchas en la República Dominicana en hechos delictivos como robos y violaciones, sin que en el país haya una legislación o marco legal que frene los daños.
En un reportaje de N Investiga con Laura de la Nuez se recogen varios testimonios de personas que han sido robadas por asaltantes que le suministran este alcaloide.
El vacío legal que abunda en la burundanga es que las personas que son acusadas de asaltar con este tipo de drogas alegan ante los tribunales que ellos no obligron a a las víctimas a entregar dinero, ni que se haya manipulado un arma para que las mismas entregaran el dinero voluntariamente.
Gladys es la víctima más reciente conocida de esta droga que parece hipnotizar a sus víctimas. Salía de un supermercado y se le acercó un hombre próximo a su vehículo diciéndole que está perdido.
“No sé si me topa o algo pero a partir de ahí yo no sé cómo llegan adentro de mi vehículo”, dice Gladys.
Según recuerda, la llevan a una construcción donde le entregan algo en una servilleta que le induce nuevamente un estado extraño. Le revisan la cartera y el celular.
“Abren mi cuenta, ven el dinero que tengo y me llevan a hacer un retiro a una de las sucursales del banco”, relata la mujer a N Investiga.
Dice que ella misma retira 18mil dólares y 200mil pesos de una sucursa, pero los malechores no conformes, la trasladan a otra sucursal y hasta entran con ella para otro retiro. “Estaba en un estado que yo ya ni sabía cómo se hacían las transacciones”.
Parecería que lo que cuenta no es verídico, muchas personas aún son escépticas a estos testimonios. Pero la reacción está científicamente probada.
“Hay una acción muscarínica y eso hace que la persona se pierda, en el sentido, la conciencia, y no sabe lo que hace”, indicó una toxicóloga consultada por el programa de investigación.