la alergia poco conocida que puedes estar sufriendo sin saberlo

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¿Te has preguntado alguna vez por qué tus síntomas alérgicos parecen empeorar cada otoño? Si experimentas estornudos, congestión nasal, ojos llorosos e irritados, y otras molestias durante los meses más frescos del año, es posible que tengas una alergia a la ambrosía que desconoces.

La ambrosía, una maleza común en gran parte de Estados Unidos, es una de las principales causas de las alergias estacionales de otoño. Sin embargo, a diferencia de otras alergias al polen, la ambrosía a menudo pasa desapercibida. Muchas personas ni siquiera saben que son alérgicas a ella, lo que les impide recibir el tratamiento adecuado y encontrar alivio.

¿Qué es la ambrosía?

La ambrosía es una maleza anual nativa de Norteamérica que pertenece a la familia de las margaritas. También se la conoce por otros nombres, como estafiate, altamisa, ajenjo del país, amargosa, artemisa, ambrosía anual, maleza negra, maleza de zanahoria, maleza de fiebre del heno y maleza de heno.

Esta planta se caracteriza por sus hojas recortadas y su altura de aproximadamente 1 metro. La ambrosía se encuentra comúnmente en lugares alterados, como obras de construcción, ferrocarriles, campos cultivados y no cultivados, y a lo largo de las riberas de los ríos.

Lo que hace a la ambrosía tan problemática para las personas con alergias es su capacidad de producir enormes cantidades de polen. Una sola planta puede generar hasta mil millones de pequeños granos de polen, que luego se dispersan fácilmente por el viento.

Temporada de la alergia a la ambrosía

A diferencia de muchas otras alergias al polen, que suelen manifestarse en primavera y verano, la alergia a la ambrosía se presenta principalmente durante los meses más frescos del año.

La temporada de la ambrosía suele comenzar a mediados o finales del verano y se extiende hasta el otoño, alcanzando su punto máximo a mediados de septiembre. En algunas regiones, los síntomas pueden prolongarse incluso hasta noviembre.

Este patrón estacional se debe a que la ambrosía es una planta anual que florece y produce polen durante los meses más cálidos del año. A medida que el clima se vuelve más frío, la planta muere, pero su polen sigue presente en el aire, desencadenando reacciones alérgicas.

Además, se ha observado que el calentamiento global está contribuyendo a que la temporada de la ambrosía se extienda cada vez más, con síntomas que pueden comenzar a principios de agosto y prolongarse hasta finales de octubre o incluso noviembre en algunas zonas.

Síntomas de la alergia a la ambrosía

Los síntomas de la alergia a la ambrosía suelen ser muy similares a los de otras alergias al polen, incluyendo:

  • Estornudos
  • Congestión nasal
  • Secreción nasal
  • Ojos llorosos e irritados
  • Picazón en la garganta

Además, las personas con asma alérgica pueden experimentar un empeoramiento de sus síntomas, como tos, sibilancias y dificultad para respirar, cuando están expuestas al polen de ambrosía.

Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden verse agravados por la reactividad cruzada, es decir, cuando el sistema inmunitario reacciona de manera similar a otros tipos de polen, como los de árboles, malezas y gramíneas.

Foto Freepik

Diagnóstico y pruebas de alergia

Si sospechas que puedes tener una alergia a la ambrosía, es fundamental acudir a un alergólogo o inmunólogo para obtener un diagnóstico preciso.

El especialista realizará pruebas de alergia, como la prueba cutánea por punción o los análisis de sangre de IgE específica, para determinar si estás sensibilizado al polen de ambrosía. Además, revisará tu historial médico y síntomas para descartar otras posibles causas.

Conocer con precisión tus desencadenantes alérgicos es crucial, ya que la ambrosía puede estar asociada a reactividad cruzada con otros pólenes y alimentos. Las pruebas de componentes de IgE pueden ayudar a identificar estas relaciones y guiar un plan de tratamiento más personalizado.

Tratamiento y control de la alergia a la ambrosía

Aunque no existe una cura definitiva para la alergia a la ambrosía, existen varias estrategias efectivas para controlar y aliviar los síntomas:

Evitar la exposición al polen de ambrosía

La reducción de la exposición al polen de ambrosía es la primera línea de defensa. Algunas medidas que puedes tomar incluyen:

  • Consultar pronósticos de polen diarios y limitar el tiempo al aire libre cuando los niveles sean altos.
  • Mantener ventanas y puertas cerradas y utilizar el aire acondicionado en su lugar.
  • Ducharse y cambiarse de ropa después de actividades al aire libre.
  • Usar mascarillas cuando realices tareas en exteriores.
  • Evitar tareas de jardinería y cortar el césped.

Tratamiento farmacológico

Tu alergólogo puede recomendar medicamentos para aliviar los síntomas, como:

Antihistamínicos: reducen la inflamación y los síntomas.

Corticosteroides: reducen la inflamación y la congestión nasal.

Descongestionantes: alivian la congestión nasal.

Lavados nasales con solución salina: limpian el exceso de mucosidad.

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Inmunoterapia

La inmunoterapia con alérgenos, también conocida como vacunas para la alergia, puede ser una opción de tratamiento a largo plazo. Este proceso consiste en exponer gradualmente al paciente a pequeñas dosis del alérgeno, lo que ayuda al sistema inmunitario a desarrollar tolerancia.

La inmunoterapia sublingual (SLIT), en la que se administran dosis del alérgeno bajo la lengua, también puede ser una alternativa eficaz.

Prevención y manejo de la alergia a la ambrosía

Además de las estrategias de tratamiento, existen medidas preventivas que puedes adoptar para minimizar el impacto de la alergia a la ambrosía en tu vida:

Monitorea los niveles de polen: consulta pronósticos de polen locales y planifica tus actividades al aire libre en consecuencia.

Mantén la casa libre de alérgenos: mantén las ventanas cerradas, usa filtros de aire y lava con frecuencia la ropa de cama y la vestimenta.

Evita las tareas al aire libre: delega las actividades de jardinería y corte de césped a otras personas.

Usa protección: utiliza mascarillas y gafas de sol cuando estés expuesto al exterior.

Programa una visita con tu alergólogo: solicita una evaluación y obtén un plan de manejo personalizado.

Alergia a la ambrosía y reactividad cruzada

Una de las características más desafiantes de la alergia a la ambrosía es su reactividad cruzada con otros alérgenos.

Muchas personas alérgicas a la ambrosía también pueden experimentar síntomas cuando están expuestas a otros tipos de polen, como los de árboles, malezas y gramíneas. Esto se debe a que el sistema inmunitario identifica proteínas similares en diferentes pólenes, desencadenando una respuesta alérgica.

Además, la alergia a la ambrosía puede estar asociada al síndrome de alergia oral (SAO), también conocido como síndrome de alergia al polen y alimentos (PFAS). Este trastorno se produce cuando el sistema inmunitario reacciona a proteínas similares presentes en ciertos alimentos, como frutas, verduras y nueces.

Para comprender mejor tus sensibilidades y desarrollar un plan de manejo efectivo, tu alergólogo puede realizar pruebas de componentes de IgE. Estos análisis pueden revelar los desencadenantes específicos y guiar un tratamiento personalizado.

Impacto del cambio climático en la alergia a la ambrosía

Lamentablemente, el cambio climático está exacerbando el problema de la alergia a la ambrosía.

Los aumentos de temperatura y los niveles más altos de dióxido de carbono están contribuyendo a que las plantas productoras de alérgenos, como la ambrosía, tengan un período de crecimiento más prolongado. Esto significa que la temporada de polen de ambrosía se está extendiendo, con síntomas que pueden comenzar a principios de agosto y prolongarse hasta finales de octubre o incluso noviembre en algunas regiones.

Además, se ha observado que el polen de ambrosía está aumentando en concentración y distribuyéndose a través de áreas más amplias, lo que expone a más personas a este alérgeno.

Estos cambios en el clima y la ecología plantean un desafío cada vez mayor para las personas que sufren de alergia a la ambrosía. Es crucial estar al tanto de estas tendencias y adoptar medidas de adaptación para manejar eficazmente esta condición.

Alergia a la ambrosía y asma

Para las personas con asma alérgica, la exposición al polen de ambrosía puede representar un riesgo significativo.

El polen de ambrosía puede desencadenar o empeorar los síntomas del asma, como tos, sibilancias y dificultad para respirar. Esto se debe a que el sistema inmunitario reacciona al alérgeno, causando inflamación y constricción de las vías respiratorias.

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Es importante que las personas con asma y alergia a la ambrosía trabajen estrechamente con su médico o alergólogo para controlar ambas condiciones de manera integral. Esto puede incluir el uso de medicamentos inhalados, la inmunoterapia y la adopción de medidas de control ambiental.

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Dany Levito
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