La administración Biden dijo el viernes que tomará nuevas medidas para acabar con las llamadas tarifas “basura” en la educación superior, que pueden costar miles de millones a los estudiantes pero que a menudo tienen poca justificación.
Los costos ocultos o tarifas sorpresa que afectan a los estudiantes pueden aparecer como tarifas de “generadores de préstamos”, que cuestan a unos siete millones de prestatarios más de $1,000 millones de dólares al año, y en otros cargos misteriosos de tarjetas de crédito, sin ninguna opción para evitarlos, dijo la Casa Blanca en un comunicado.
La Casa Blanca dijo que su iniciativa apunta a cuatro tipos de tarifas basura: las de originación de préstamos estudiantiles, las tarifas basura de la banca universitaria, los cargos automáticos por libros de texto y las universidades que mantienen el dinero sobrante en el plan de alimentación de un estudiante.
“Cada año, los estudiantes, incluidos los prestatarios de préstamos federales para estudiantes, incurren en miles de millones en tarifas o costos adicionales invisibles por los fondos no utilizados de la cuenta de comidas, el uso de una tarjeta de crédito o cuenta bancaria patrocinada por la universidad, el pago de libros de texto o simplemente la obtención de un préstamo para pagar la escuela”, dijo la administración en el comunicado.
“Además, a los estudiantes no siempre se les brindan oportunidades claras y directas para evitar tarifas por servicios que no desean. Los costos ocultos y las prácticas engañosas no sólo son frustrantes: le cuestan dinero a millones de estudiantes y prestatarios”, añade el comunicado.
En la propuesta de presupuesto del presidente para 2025, se pide al Congreso que ponga fin a las tarifas de originación de préstamos estudiantiles, que pueden oscilar entre el 1 y el 4% para los prestatarios y agregar miles de dólares a la deuda de un individuo.
El Departamento de Educación también está apuntando a las tarifas bancarias universitarias en el proceso negociado de reglamentación. A veces, las universidades exigen que los estudiantes utilicen ciertos bancos para acceder a su ayuda financiera, pero algunas de estas instituciones han cobrado tarifas ocultas sorprendentes y costosas.
El departamento, en el proceso negociado de reglamentación, también busca poner fin a la facturación automática de los libros de texto y permitiría a los estudiantes optar por no participar y encontrar un libro de texto a un precio más asequible.
Y está considerando formalmente regulaciones para que los estudiantes obtengan reembolsos de sus planes de alimentación si no usan el monto total en lugar de que la escuela se quede con el dinero sobrante.
“Las tarifas a las que se refiere el anuncio de hoy pueden imponerse varias veces durante la experiencia universitaria o de posgrado”, dijo la Casa Blanca.
La administración agregó que estas acciones se basarían en el trabajo previo del presidente para evitar que las escuelas retengan expedientes académicos y hacer que el costo de la universidad sea más transparente.
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