La exsenadora Kyrsten Sinema lleva meses fuera del Congreso pero continúa utilizando dinero de campaña en pasajes aéreos, hoteles y servicios de maquillaje. La exdemócrata de Arizona, ahora independiente y vinculada a un bufete de abogados y cabildeo, gastó 800 dólares en sesiones de maquillaje en su estado natal, según registros de la Comisión Federal Electoral (FEC) revisados por The Post.
En agosto desembolsó 400 dólares a Michelle Lee Photography + Makeup, empresa que también ofrece servicios de fotografía para bodas. El 12 de septiembre, Sinema, de 49 años, registró otros 400 dólares por “servicios de maquillaje” a la empresa ellNRdesign, que corresponde a la maquilladora freelance y “consultora de imagen” Lauren Reid, con base en Arizona.
Sinema, que dejó el cargo en enero de 2025, ha distribuido diversos gastos: utilizó 1.537 dólares de fondos de campaña en una bodega de Sonoma para “regalos a donantes” desde su cuenta, que superaba los 4 millones de dólares a finales del año pasado.
La exlegisladora pagó 12.500 dólares por servicios de seguridad durante el último período de reporte trimestral, y otros 5.121 dólares por “alojamiento para equipo de seguridad”. Sus gastos incluyeron un cargo de American Airlines en septiembre por 9.579 dólares, junto con facturas de hotel por estancias en Alaska, Aspen y Berlín, Alemania.
Los expolíticos tienen restricciones sobre cómo pueden gastar los fondos de campaña, según expertos. No pueden utilizar el dinero en lo que se consideraría un “gasto personal”. “Se supone que es ilegal”, declaró a The Post el experto en financiamiento de campañas Brett Kappel de Harmon Curran.
Señaló que las sesiones de maquillaje probablemente entran en la categoría de “uso personal”, lo cual no está permitido. Los exlegisladores pueden donar sus cuentas a comités de partido o a caridad, reembolsar dinero a donantes, o transferirlo a un comité de acción política que pueda apoyar a otros candidatos, agregó.
Incluso los costos de seguridad, que son permitidos para legisladores en funciones o candidatos, podrían no ser apropiados en el caso de Sinema, afirmó. La exsenadora gastó aproximadamente 216.000 dólares en viajes entre julio y septiembre de 2024, mientras desembolsaba 1.262 dólares en una sola visita al exclusivo restaurante Nobu Tokyo, según reportó The Post en octubre.
Las opiniones consultivas de la FEC establecen que los gastos de seguridad son para candidatos. “No es lo mismo para exmiembros”, recalcó Kappel. Con la FEC limitada por falta de comisionados e incapaz de reunirse, Sinema ha evitado posibles consecuencias.
Sinema sirvió un período en el Senado y seis años en la Cámara de Representantes. Anunció en marzo de 2024 que dejaría el Senado al final de su mandato, evitando una hipotética contienda triple contra el demócrata Ruben Gallego y la republicana Kari Lake, donde aparecía detrás en las encuestas.
En enero se unió al consejo asesor de la firma de criptomonedas Coinbase y en marzo se incorporó al bufete de abogados Hogan Lovells como parte de su práctica regulatoria y de propiedad intelectual. Sinema no respondió a una solicitud de comentarios sobre sus gastos de campaña.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**