Este martes por la noche en Las Vegas, los Knicks jugarán por su primer trofeo del siglo. Pronto, una bandera naranja y azul podría izarse en el Madison Square Garden por segunda vez desde 1999.
Esto puede no significar mucho para quienes restan importancia al torneo de mitad de temporada, de apenas tres años de antigüedad, pero el verdadero valor de la Copa NBA podría no revelarse hasta dentro de varios meses.

Una victoria sobre los Spurs (18-7) no pondrá fin a la sequía de 52 años sin campeonato para los Knicks (18-7), pero sí servirá como escaparate de su potencial ante el rival más duro de la temporada y el mayor disruptor defensivo del mundo: Victor Wembanyama.
El partido brindará una experiencia valiosa bajo presión, en un encuentro con mayor expectación que un juego regular y con más en juego que solo la gloria. Cada jugador del equipo campeón recibirá casi 531.000 dólares, mientras que los del subcampeón obtendrán más de 212.000 dólares.
REDACCIÓN FV MEDIOS


