La ovación más fuerte durante la derrota 116-107 de los Knicks ante los 76ers el viernes por la noche no tuvo que ver con la celebración previa por ganar la NBA Cup. Los aplausos más estruendosos fueron para Mitchell Robinson, quien anotó más tiros libres en ese encuentro que en los 17 juegos anteriores combinados.
Robinson es conocido por ser una amenaza en el rebote ofensivo, no por su confiabilidad en la línea de tiros libres. Por eso, algunos rivales envían sin reparos al pívot de 2.13 metros a la línea de foul. Sin embargo, la noche del viernes contó una historia distinta.

El jugador, que tiene un promedio de carrera del 51.1% en tiros libres, estableció un récord personal al convertir siete de sus ocho intentos. El público del Madison Square Garden se volvió más ruidoso y entusiasta con cada anotación.
Josh Hart declaró después del partido que rara vez ha visto a una multitud reaccionar así ante los tiros libres de un jugador.
En una noche en la que Hart y OG Anunoby lucharon por encontrar su ritmo ofensivo, Robinson proporcionó un impulso significativo, aunque finalmente insuficiente para la victoria.
Robinson culminó el encuentro con sus mejores marcas de la temporada en puntos (21) y rebotes (16). Además, capturó seis de los 21 rebotes ofensivos del equipo, aunque su mera presencia en la cancha suele ayudar a los Knicks a extender sus posesiones.
“Mitch va a ser impactante tanto si el balón va para él como si no. Eso es lo que él es como jugador y como compañero de equipo”, dijo Jalen Brunson. “Siempre encuentra la manera de influir en el juego, y cuando eso sucede, nosotros debemos capitalizarlo para ganar partidos”.
No obstante, su efectividad en la línea de foul fue quizás su contribución más sorprendente. Robinson ha estado trabajando con el entrenador de tiro de los Knicks, Peter Patton, para mejorar el arco de sus lanzamientos. Ambos se reunieron a las 10 a.m. del viernes para practicar tiros libres, y ese trabajo dio sus frutos horas después.
“Él está trabajando, se está concentrando, y ya se ve el progreso”, afirmó Brunson. “Va a seguir así para mejorar aún más”.
Robinson llegaba al partido con un 22.2% de efectividad en tiros libres. Tras su actuación casi perfecta, ese porcentaje ascendió al 35.3%.
La pregunta ahora es si esta noche hará que los equipos rivales piensen dos veces antes de cometer faltas sobre él. Robinson así lo espera.
“Estoy tratando de que todos dejen de hacer ese ‘hackeo’ y esas cosas”, comentó el pívot. “Ese es el objetivo principal, porque si no, no podría jugar en el cuarto periodo, ¿entienden? Cuanto más tiempo esté en la cancha, más ayudo a mis compañeros”.
**Redacción FV Medios**
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


