Los Ángeles, California — Durante una jornada que transcurría con normalidad en las Grandes Ligas, Juan Soto se encargó de modificar el rumbo del encuentro con un batazo determinante. El dominicano conectó su cuadrangular número once de la temporada frente a Clayton Kershaw, uno de los lanzadores más reconocidos del béisbol actual.

El momento clave ocurrió en el tercer episodio del juego. Con un corredor en base y los Mets de Nueva York en desventaja en el marcador, Soto asumió su turno al bate con determinación. El zurdo de los Dodgers realizó su lanzamiento y Soto respondió con contundencia, enviando la pelota a 397 pies por el jardín derecho-central. La velocidad de salida fue de 102 millas por hora, lo que permitió que los Mets recortaran la diferencia a un ajustado 4-3.

Este batazo no solo alteró el marcador del encuentro. También tuvo un efecto importante en la percepción del rendimiento ofensivo de Soto. En sus últimos cuatro partidos, el jardinero ha logrado conectar tres cuadrangulares, lo que evidencia una mejoría significativa en su desempeño. Este repunte comienza a despertar el entusiasmo de los seguidores del equipo neoyorquino y llama la atención de sus adversarios en la Liga Nacional.
A los 25 años, Soto se mantiene como una de las figuras principales en uno de los escenarios más exigentes del béisbol profesional. Su incorporación a los Mets generó amplias expectativas, y con actuaciones como esta va consolidando su rol como elemento clave en la alineación ofensiva.

Este undécimo jonrón lo acerca a los primeros lugares en la tabla de cuadrangulares de la Liga Nacional. Además, refuerza su presencia en las discusiones actuales sobre los peloteros más determinantes del 2025. La consistencia que ha mostrado en sus turnos más recientes sugiere un punto de inflexión favorable para el conjunto neoyorquino.

Con este desempeño, los Mets comienzan a depender de un Soto más preciso, con mayor capacidad de impacto y enfocado en liderar desde el plato. Aunque la temporada continúa su curso, es evidente que la ofensiva del equipo recibe un impulso significativo cuando el número 22 encuentra su ritmo. Su conexión ante Kershaw no representa únicamente una cifra estadística más, sino un indicador claro de una tendencia que podría marcar el desarrollo de la campaña.


