Piki dejó de vivir después de pasar varios días hospitalizado en un centro de salud, consecuencia de un siniestro vial que afectó gravemente su bienestar. La confirmación de su pérdida se dio recientemente, generando expresiones de buenos deseos para que sea recibido en la gloria divina. Durante este tiempo, estuvo bajo cuidado médico permanente debido a la complejidad de su situación.
El suceso vial había provocado complicaciones significativas en su condición física, lo que hizo necesaria su permanencia en el hospital. Los profesionales de la salud mantuvieron una vigilancia constante sobre su evolución, buscando estabilizarlo. Sin embargo, pese a los esfuerzos, su cuadro no mostró mejoría suficiente para revertir el deterioro progresivo que presentaba desde el ingreso.
El comunicado que informó sobre su partida incluyó un mensaje que pedía que Dios lo acoja en su Gloria Santa. Este tipo de expresión refleja la manera en que se quiso dar a conocer la noticia, manteniendo un tono de respeto hacia la memoria de Piki. No se han compartido mayores detalles sobre el lugar exacto o las circunstancias inmediatas posteriores al siniestro vial.
En el tiempo que estuvo ingresado, Piki recibió atención constante, con tratamientos y observación médica continuada. La complicación de su estado derivó directamente del suceso vial, que había generado afectaciones de consideración. Durante la hospitalización, se buscó estabilizarlo y brindar todo el cuidado necesario para su recuperación, aunque finalmente dejó de existir.